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Manuel Escribano: «Me jode que no me den mi sitio»
El torero reclama el sitio que se ha ganado

Manuel Escribano: «Me jode que no me den mi sitio»

Darío Juárez

El mes pasado un toro de Cuvillo quebró el escafoides de su mano izquierda y la breve pero intensa temporada americana que tenía por delante. Quedarse fuera de Fallas y "que no te pongan ni en la corrida de Victorino, me jode mucho". Sevilla le volvió a dar en San Miguel el sitio y el momento que no le brindó Madrid en el Otoño del año pasado. Aquella corrida de Adolfo llevaba su nombre, el de otro torero y no sólo el de Ferrera. Pero las aguas pasadas, pasadas están. Manuel Escribano no olvida pero tampoco se flagela por ello. Es consciente de la gran temporada que terminó por rematar desorejando a un toro de Miura en la Maestranza el pasado 3 de octubre y ha entrado disparado en 2022 pese a quedarse fuera de Castellón y Valencia: "no tengo miedo a ningún desafío que me propongan".

La recuperación de la lesión lleva un ritmo lento y paciente que espera pero desespera: "Esto no es como una cornada, que depende de cómo tú la trabajes para volver lo antes posible, no. Esto lleva su tiempo y es inapelable. No se puede hacer nada contra ello", comenta. Quedarse sin hacer las Américas este invierno le duele más que el maldito escafoides troceado: "es una pena porque estas corridas te sirven de antesala para prepararte para la temporada: el tomar contacto con el toro, volverte a meter en el traje de luces, la agilidad y el ir toreando que es lo que nos pone a tope", señala el de Gerena.

La resaca del triunfo de Sevilla todavía se mantiene perenne por ser la patada de ilusión y responsabilidad que le aupó para entrar en 2022 con la frente marchita y las mieles del tiempo dispuestas a todo lo que venga a partir de ahora: "Cuando eres consciente de que lo has dejado todo atado y bien atado para el año siguiente, aunque no sepas cómo saldrá, me tranquiliza y me da felicidad. La verdad es que no he parado de entrenar ni de tentar, pero tampoco de estar con los amigos, con la familia y disfrutando de esas aficiones que en temporada no puedes hacer".

Este año se cumplirán 18 años desde que tomara la alternativa en Aranjuez. Confiesa que a sus 37 primaveras no le quedan más muros por derribar que los de sí mismo: "ser consciente de que puedes dar mucho más, de que puedes ser mejor torero es el comienzo para intentar llegar a conseguir lo que no has conseguido todavía. Posicionarme en una parcela a la que aún no he llegado, abrir puertas que todavía no he abierto... Lo importante es poderte a ti mismo y demostrarte que no tienes techo".

Las ferias punteras de principio de temporada como son Sevilla y Madrid se van filtrando en cuentagotas. Escribano quiere estar en ellas jugando un papel clave. Sabe de la importancia que tiene dar un paso más como ya lo han hecho muchos de los de arriba levantando sus cartas y está preparado para lo que se le proponga: "No le temo a nada. Creo que es un momento cumbre y crucial para mí, para aceptar hacer esos esfuerzos y compromisos cada vez más grandes".

La posibilidad de matar la corrida de Miura como único espada en solitario es una cosa que no le quita el sueño, pero "te mentiría si te digo que no me ilusiona, sería algo muy bonito, imagínate, pero prefiero ser cauto. Llega Valencia con una corrida de Victorino y no te han puesto, y llega Castellón con otra de Victorino y una más de Miura y no te han puesto, pues te cabrea. Entonces, para evitar eso le digo a mi apoderado que sólo me hable cuando esté todo cerrado. Ni me meto a ver la prensa, ni sé quién dicen que mata qué... Porque no, son muchos años ya y...prefiero esperar a cuando esté todo hecho".

Hace unos días donó a la Maestranza el vestido en berenjena y azabache con el que indultó a Cobradiezmos de Victorino Martín en el Abril de 2016. Sevilla es su zona cero, pero San Isidro pasea entre ceja y ceja ante la punzante ausencia de un Otoño injusto que no volverá: "Hay veces que sabes que por lo que sea no estás, pero cuando tienes ese punto de madurez, de maestría, de torero hecho, te duele más. Momentos que fueron adquiriendo toreros como el Fundi, Padilla... Lo ves ahora y da gusto verlo. Además, en cualquier tipo de corridas de toros. Y haber estado en Otoño era importantísimo para mí después de ese idilio que había empezado con la tarde del 26 de junio con la corrida de Victorino. Era la después de la pandemia y Madrid a mí me ha costado mucho. Sentía en la barriga esa sensación de estar más cerca de poderla conquistar. Ya queda menos para San Isidro, si Dios quiere. Me gustaría que se planteara algo bonito, tanto para la empresa y para el aficionado, como para mí", concluye.

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