Se escucharon los primeros "olés" en el coso del paseo Zorrilla en el recibo a la verónica que Emilio de Justo le regaló al segundo toro de la tarde, Fanfarrón, un ejemplar al que hizo cruzar la raya del tercio y remató con una media de hermosa factura. Empujó con celo Fanfarrón en el caballo, tras el que se lució De Justo después en un quite por chicuelinas. Con la franela, lo recibió junto a las tablas y se lo llevó al espacio que hay entre las dos rayas del tercio. Lo paró después en el centro del ruedo y le cuajó unos derechazos, arrastrando la muleta. Siguió toreando De Justo por el pitón derecho, encajando los riñones y con la mano desmayada. Supo darle tiempo y distancia para continuar el toreo templado por la diestra, de ese que emociona por los adentros y sacó los "olés" por los afueras. Con el mismo empaque, cambió la muleta a la mano izquierda y probó por ese pitón al astado, encontrándose con menos recorrido en la embestida, pero templándosela y mandándola. Volvió a la derecha para seguir toreando con la cintura, la muñeca desmayada y el compás abierto. Emilio De Justo llenando el redondel pucelano. Una estocada algo tendida y el descabello fueron los prolegómenos de los dos primeros trofeos -el segundo, algo excesivo- que ha visto esta tarde.
No tan rotundo estuvo De Justo ante Tagarnino, el quinto ejemplar de la tarde, que lucía el hierro de Garcigrande y se cayó ya en los lances de recibo. Escaso de fuerza y transmisión, el de Torrejoncillo logró sacarle, con inteligencia y poder, el fondo que tenía a un animal que, eso sí, hacía el avión por el pitón izquierdo y ante el que Emilio de Justo estuvo pleno de temple y entrega y al que mató de una estocada entera.
Roca Rey tiró de recursos con el capote ante Lanzador, que salía suelto desde los primeros capotazos de recibo, sobre todo, por el pitón derecho, y que también estuvo justo de fuerzas, aunque regaló una embestida codiciosa por ambos pitones. Inició el tercio de muerte por estatuarios junto a la segunda raya del tercio. Lo citó después de largo con la mano derecha para terminar la tanda con un arrimón. Ligó Roca tandas por derecha e izquierda, pero sin mayor fondo... y al término de la faena dejó un natural larguísimo que llegó sobremanera al tendido. Le dejó un espadazo en el que el de Garcigrande lo enganchó y volteó al entrar a matar, sin mayores onsecuencias, pero lo que le valió para poner en pie los tendidos y ganarse dos orejas.
Zafiro, el cierraplaza, mostró signos de mansedumbre y despiste nada más salir por la manga de chiqueros. Consiguió engancharlo el peruano con el capote para dejarle un bonito y templado recibo a la verónica. Tuvo que irse Roca hasta los medios para torearlo, pero no estuvieron de su lado ni la fijeza ni la tranmisión del ejemplar que, además, se quedaba corto por el pitón derecho; ni tampoco su colocación, a pesar de terminar con un arrimón y una tanda de manoletinas. Estocada tendida y una oreja para redondear la tarde del Rey de la taquilla.
Bellaco y Alejandro Talavante abrieron la tarde en el coso pucelano. Dejó el extremeño una reseñable serie de naturales que iban a morir detrás de la cadera, encajado él y hundiendo el mentón, en una faena justa de tiempo y fuerza, también de transmisión. Falló repetidamente Talavante con la espada y con el descabello y escuchó una bronca. Patricio salió por la puerta de toriles con buen tranco. Humillaba con ambos pitones en el capote, pero ya con la lengua fuera desde los lances de recibo. A base de ligar los muletazos por abajo y toreando a pies juntos, Talavante consiguió sacarle algo de fondo. Una estocada caída y varios descabellos hicieron sonar un aviso y el silencio del respetable pucelano.
Ficha del festejo:
Plaza de toros de Valladolid - Segundo y último festejo de la Feria de San Pedro Regalado. Casi lleno. Toros de Domingo Hernández (1º y 2º) y Garcigrande (3º, 4º, 5º y 6º) de escasa presentación y juego desigual -destacando el segundo por su bravura- para:
Alejandro Talavante (blanco y oro): Pitos tras aviso y silencio tras aviso. -
Emilio de Justo (nazareno y oro): Dos orejas tras aviso y oreja tras aviso. -
Andrés Roca Rey: Dos orejas y oreja tras aviso.