En un rincón de la provincia gaditana, donde el tiempo parece detenerse y la tradición se respira en cada rincón, se encuentra la ganadería de Cebada Gago. Allí trabaja Juan Quiñones, su mayoral, tercera generación de una familia dedicada en cuerpo y alma al cuidado y crianza de toros bravos. Juan nos cuenta cómo es vivir para y por el toro, cómo es llevar en el corazón la esencia de una de las ganaderías más respetadas y queridas en estas fiestas de San Fermín. Con una mezcla de orgullo y humildad, nos revela los secretos y la dedicación que implica su trabajo, duro y bonito a su vez, en el campo. También nos habla sobre su corrida que tanto ha gustado en el Gas, de cómo cuida a los toros allí y de lo que espera de ellos, así como de las particularidades de sus toros en el encierro.
PREGUNTA: ¿Cuántos años lleva en la ganadería de Cebada Gago?
RESPUESTA: Soy la tercera generación. Mi abuelo estuvo, después mi padre y ahora sigo yo. Toda una vida, nací en la finca.
P ¿Cuál es su función y su trabajo en la ganadería?
R: Mi función en la ganadería es llevar las vacas madres, todas. Desde que se hacen los lotes de cubrición hasta que los becerros se destetan, se yerran y salen para la otra finca. Poner crotales, destetar, vamos, todo lo que está relacionado con las vacas madres.
P: ¿Qué es el toro para usted?
R: El toro para mí es todo. Esto de salir por las mañanas y ver las vacas paridas, ver los becerritos, poner los crotales, el destete... después criar los toros, hasta que salen de la ganadería. Después, cuando llegan a la plaza, me gusta que sean los mejores.
P ¿Cómo se ponen los crotales a los becerros o cómo los ponía su hija?
R Ese es un trabajo difícil, porque la finca es muy grande. El que es pequeño lo coges encamado y no da muchos problemas, pero el que tiene cuatro o cinco días hay que cogerlo con el caballo corriendo, enlazarlo y montarlo en el caballo para poner el crotal. Además, la finca tiene un terreno muy difícil para trabajar, es complicado.
P ¿Y la vaca está pendiente…?
R La madre está ahí, sí, muy pendiente…
P ¿Cuánta gente trabaja con usted?
R En la finca en la que estoy, trabajo solo yo. Tanto para hacer lotes, ahijar, acrotalar, saneamientos… y ahí no queda todo, sino que tengo que ir a la finca donde están los toros de corridas cuando hay que enfundar, vacunar o hacer faenas de saneamiento, es decir, mi vida en el campo es 24 horas. Las fincas están en distintos sitios.
P Al estar las fincas en distintos sitios, supongo que habrá más gente trabajando en la otra finca.
R En la que están los toros hay dos o tres chavales que echan de comer y hacen el mantenimiento, pero cuando hay faena gorda, esa para mí, esa me la como yo solo.
P ¿Tiene camada grande Cebada Gago?
R Sí, tiene una buena camada, de 100 toros todos los años, 100 becerritos vamos, que después llegan a toros 30 o 40, porque hay mucho desperdicio, el que nace bizco, el que se queda para novilladita, el que sale para novillada con picadores… y se quedan 30 o 40 para hacer tres o cuatro corridas buenas.
P ¿Hay que sacar a los toros mucho de tipo para venir a Pamplona?
R Sí, cuesta trabajo, es difícil sacar ocho toros con caras, trapío, bien rematados con buena nota, es complicado. En las demás plazas cuesta menos trabajo, pero Pamplona es especial para eso.
P Entramos en faena con la Feria del Toro, ¿qué tal viene la corrida?
R La mejor de todas, es indiscutible, aunque eso lo dirán todos los mayorales, pero yo te hablo por la mía. Después ya veremos lo que hay, pero de momento, la más bonita.
P ¿Qué espera de ese día?
R Que salga algo bueno para repetir al año que viene, con eso hay bastante ya. Ah, y que den leña en las calles, que la gente quiere leña en las calles. Que sea un encierro muy interesante, que se muevan y que no sea un encierro de los que duran un minuto y no miran a nadie.
P ¿Ustedes corren a los toros en la ganadería?
R Sí, los corremos juntos todos los días.
P ¿Eso puede influir en el encierro? En Cebada no se nota mucho que corran hermanados en la finca…
P No sé si eso influye, influye más bien en la plaza, que el toro esté más musculado, pero en un encierro de 800 metros, aunque no esté hecho eso por fuerza, no se debe notar tanto.
P ¿Qué es San Fermín para usted?
R Mis vacaciones (risas).
P Pero, ¿qué significa para usted venir a San Fermín, además de que sean sus vacaciones?
R Es la única plaza a la que vengo, a Pamplona nada más, a las demás corridas de toros no voy a ninguna, sólo a las novilladas en Villaseca. Esos son los dos festejos que yo hago; ¿por qué? Porque es donde veo yo que estoy en mi casa, me conocen más aquí que la gente en mi pueblo. Y voy a Villaseca y me pasa lo mismo, el pequeño Pamplona como la llaman, igual, donde quiera que vaya, todo el mundo me trata como si viviera allí de toda la vida.
P ¿Qué le parece el cartel de este año para la corrida?
R El cartel este año no es de los malos, ahí están los chavales intentando abrirse camino. No es lo mismo que otras veces, que hemos tenido toreros que no los conocía nadie.
P En Pamplona llegan los toros una semana antes, ¿cómo se cuidan en los corrales del Gas y cuál es su función allí?
R Que no les falte la comida y el agua y que no se peleen, ese es el trabajo más fuerte.
P ¿Se están peleando este año?
R Este año están un poquito más tranquilos, pero yo he pasado otros años noches enteras con la goma en la mano esperando que peleen para que no se peleen.
P Se duerme poco en los días previos, entonces…
R Dormir, duermes cuando sabes que están los de seguridad vigilándolos, si no cuesta trabajo dormir.
P Supongo que la noche del 7 al 8 no se podrá dormir…
R La noche del 7 al 8 es la más buena de todas porque ya están en los corralillos, y normalmente al cambiarlos de sitio, ya no dan problemas, además van 6, ya no están 8. Aunque es la más nerviosa, no puedo dormir porque a la una de la noche me doy una vuelta para ver qué hacen, y si estoy despierto a las dos, voy otra vez, para verlos, para ver si están nerviosos, si están tranquilos… pero no porque sea la más difícil, sino porque tú sabes que ya quedan horas y en tres o cuatro horas si no hay problemas de cornadas ya estarán enchiquerados y ya me olvido porque en ese momento sólo queda esperar.
P Siempre hay mucha expectación tanto para el encierro de Cebada como para la corrida en sí de Cebada, de lo bonitos que son. En estos días que llevamos desde que se ha descargado la corrida, todos los mensajes que recibo son alabando esa corrida y para el encierro mucha gente dice “ya vienen los Cebaditas”, ¿qué tienen los Cebaditas que no tienen otros?
R Ayer mismo estuve hablando con un corredor y me decía que es imposible ir delante de ellos porque hay corredores que hacen carreras de muchos metros, los llevan en la espalda tocándoles y no les hacen nada, pero al Cebaíta en cuanto lleva uno en la espalda lo engancha, lo quita de en medio, es decir, no te pongas delante porque te quita, además son muy rápidos.
P Los corredores van mirando continuamente a los toros que llevan pegados, personalmente me impresionan mucho las miradas de los Cebaditas, como muy desafiantes, ¿puede ser?
R Sí, por eso yo creo que los toreros no los quieren, porque la mirada les hace temblar, como si les dijese “no te acerques que te como”.
P ¿Con el corredor en la calle puede pasar lo mismo?
R No, es porque te engancha. Tú no tienes pies para ir delante de ellos, ellos tienen más pies que tú y te quitan.
P Cuénteme su experiencia cinematográfica.
R He hecho una película como actor en la finca (risas), “Animal humano”. Todo lo del campo fue perfecto, tenía 150 personas esperando a que les contara cosas del campo, nadie sabía nada del campo “tenemos que traer un becerrito aquí ahora” “ahora no, después a la tarde porque está escondido y la madre…”, eso fue bien.
P ¿Y cuando no era campo?
R Ya después, cuando no era campo, costaba más trabajo. Cuando tenía que hacer entrevistas… me comí media pata de jamón repitiendo una escena, aunque no fue mi culpa (risas), hasta que dije “ya no como más jamón, o ponéis la entrevista esta o ya…”
P ¿Cuántos días habéis filmado en el campo?
R Semanas y semanas, primavera, verano, también en otoño… horas y horas de rodaje en el campo.