Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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'Casero' pidió pan y le llovieron tortas
'Casero' pidió pan y le llovieron tortas
'Casero' pidió pan y le llovieron tortas
'Casero' pidió pan y le llovieron tortas
'Casero' pidió pan y le llovieron tortas
'Casero' pidió pan y le llovieron tortas
'Casero' pidió pan y le llovieron tortas
'Casero' pidió pan y le llovieron tortas
'Casero' pidió pan y le llovieron tortas
'Casero' pidió pan y le llovieron tortas
'Casero' pidió pan y le llovieron tortas
'Casero' pidió pan y le llovieron tortas
'Casero' pidió pan y le llovieron tortas
'Casero' pidió pan y le llovieron tortas
'Casero' pidió pan y le llovieron tortas
'Casero' pidió pan y le llovieron tortas
'Casero' pidió pan y le llovieron tortas
'Casero' pidió pan y le llovieron tortas
'Casero' pidió pan y le llovieron tortas
'Casero' pidió pan y le llovieron tortas
'Casero' pidió pan y le llovieron tortas
'Casero' pidió pan y le llovieron tortas
'Casero' pidió pan y le llovieron tortas
'Casero' pidió pan y le llovieron tortas
Crónica Madrid | 7ª de la Feria de Otoño

'Casero' pidió pan y le llovieron tortas

Darío Juárez

Traía Diego Urdiales la majestuosa tarde de Sevilla a cuestas y la valerosa voluntad de refrendarlo en Madrid con la corrida de Jandilla y Victoriano del Río, pospuesta para la tarde de hoy por el mal estado del ruedo el pasado día 24. El riojano no encontraría la suerte del lote, ni la claridad para apretarle al 4° que algo se llevaría de menos por el izquierdo. Al palco miró con atención creyendo que le cambiarían al inválido 1° y que finalmente aguantó el usía, teniendo claro toda la plaza a excepción de él que, aunque no se volviera a caer, ese no era un toro que le valiese a Madrid. Y claro que se cayó.

Encierro muy serio pero descastadito y de poca entrega de ambos hierros, defendido por 3° y 5°, siendo este último un toro importante, bravo y que pidió pan pero al que le llovieron tortas de un José Mari Manzanares encimista, desordenado y muy errático en la lectura de algo que resultó ser un cambalache, y que Madrid previamente llegó a cantar con ese típico runrún de las faenas grandes, justo después del último cambio de tercio.

El toro así lo había mostrado tanto en el peto, derribando y metiendo medio cuerpo debajo del jaco de un Paco María que saldría ovación tras dos buenos puyazos –le privaron de uno más–, como en los capotes y tercio de garapullos donde el toro se iba al galope hacia cualesquiera que fuera el sitio de donde lo llamaran. El crujido de Madrid llegó con el cambio de mano del alicantino quebrando el planear del toro sobre las rayas. Casero pedía los medios y Manzanares no quiso darle el gusto, pues le comió los terrenos en una primera serie erguida y en redondo de tres derechazos, pero al cuarto el victoriano imploraba oxígeno. Tarde le encontró el sitio encima de la boca de riego, con disposición, pero sin entregarse nunca al sardo en la media-larga distancia que le pidió desde que salió del peto. Por el izquierdo, el trasteo en la enorme muleta resultó brusco, tosco, desordenado, sucio. Casero, en capa, hechuras y bravura se pareció mucho a aquel Cervato de pitón blanco del Ventorrillo. Lo que no encontró similitud alguna fue esta faena de Manzanares con aquella de Talavante. Además, muy dudoso con los aceros quien hasta hace poco era el rey de espadas del escalafón.

Con voluntad sin cuajo porfió con su tobillero toro de Jandilla que hizo segundo, al que sólo logró robarle una tercera tanda tirando del muletazo sin darle opción a reponer por dentro como había hecho en la primera y segunda. Quiso pero no pudo.

Más que desproporcionado sería el torrente de raza de Paco Ureña con el 3° de Jandilla, al que se entregó con una verdad temerosa hasta el punto de ser empitonado. Un toro cogido con pinzas, que se movió a su aire y al que el de Lorca nunca le negó el pecho pero tampoco le encontró el aire. Bien es cierto que Ureña se excedió en buscar aplausos a partir de ciertos gestos muy suyos, pero no hasta el punto de que parezca que llevas diseccionada la femoral y estás delante del toro por vergüenza torera. Grandes primeras dos series por el derecho dejando impoluta la embestida por debajo de la pala y muy entregado en el toreo de capa, tanto en quites como en los recibos. El sexto, por su parte, sería un animal deslucido con el que no pudo ni supo decir nada. Mal día para su espada también.

 

  • ?Plaza de toros de Las Ventas. 7ª de la Feria de Otoño. Se lidiaron tres toros de Jandilla y otros tres de Victoriano del Río, muy bien presentados y serios de caras y hechuras; flojos 1° y 6°, descastados 3° y 4°, encantado el 3° y muy bravo el 5°.
  • Diego Urdiales (soraya y oro): silencio en ambos.
  • José María Manzanares (azul marino y oro): silencio y ovación con saludos con división de opiniones.
  • Paco Ureña (pizarra y oro): ovación con saludos tras aviso y silencio.
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