Por el piton derecho
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'De Justo está de vuelta'
Emilio de Justo, a hombros en Valladolid: Tauroemocion
Segunda de la feria de san pedro regalado

'De Justo está de vuelta'

Carmen Toro | Valladolid

Cuarenta y cuatro abrió plaza en la segunda y última de la Feria de San Pedro Regalado. Recibió Morante a la verónica al único herrado con el sello de Domingo Hernández, aunque sin dejar el regalo al que nos tiene acostumbrados con la capa. Inició el cigarrero la faena junto a las tablas para ir sacándoselo más allá de las rayas del tercio con una verticalidad pasmosa. Con la misma verticalidad, a pies juntos, cuajó tandas por la diestra y al natural con ese poso de gusto y torería que sólo él es capaz de dejar sobre el albero. Un doble pinchazo antes de la estocada incierta y un par de descabellos se llevó cualquier atisbo de trofeo.

Con Clérigo tampoco hubo gusto a la verónica. Pero con la tela roja empezó a dejar vislumbrar el Morante que llena las plazas. Una serie de ayudados por bajo rodilla en tierra junto a la raya del tercio dio paso a una serie a diestras en los mismos medios, al más puro estilo Morante, cargando la suerte y pleno de torería. Del mismo modo y con el mismo sentimiento lo llevó al natural, embebido el hocico en la muleta, que acariciaba con los vuelos el albero pucelano. La espada cayó contraria y tendida, pero plenamente certera.

Emilio de Justo hizo rugir a los tendidos del paseo Zorrilla en su recibo a la verónica a Candil, que remató por chicuelinas. Volvió a quitar por chicuelinas, abrochadas con una preciosa media, tras la entrada del animal al caballo. Volvió a hacer rugir a la plaza en series por la derecha y al natural. Figura compuesta, riñones encajados, zapatillas asentadas y arrrastrando la franela el extremeño ante un Gracigrande pronto y que se arrancaba de largo. Gustándose de Justo y gustando al respetable pucelano, domeñando a un toro que no se rajó. Mató de una estocada desprendida, pero perfectamente efectiva.

Garrochista, el que hizo cuarto, fue recibido a porta gayola por De Justo, que le recetó después una serie de verónicas rodilla en tierra en los medios y lo puso al caballo de torera manera, con delantales y una media. Tras un inicio por abajo entre las dos rayas, la poderosa mano derecha de De Justo no consiguió dejar cosida del todo la embestida del animal, que hizo más de un amago de cantar la gallina. Aun así, consiguió el de Torrejoncillo dejar muletazos de hondura y mano baja. Garrochista cayó rodado y sin puntilla de una estocada perpendicular y algo trasera.

Sublime de nombre fue el primero del lote de Roca Rey, que dejó una verónica y una media en el recibo capotero. Falto de fuerzas y algo reacio al toque de la muleta del peruano, que le pidió demasiado por abajo para lo que podía dar el animal, que andaba escaso de transmisión. Enterró la espada hasta la bola al toro, pitado en el arrastre.

Adueñado fue recibido por el peruano por templadísimas verónicas con las que fue sacándoselo hacia fuera. Apuntaba buenas maneras el de Garcigrande, pero salió mermado y descoordinado del encuentro con el caballo y llegó a oír palmas de tango hasta que vio el pañuelo verde. En su lugar salió Arrogante, otro colorado que hizo sexto bis. Sosito, pero incierto desde la salida, fue también protestón también por ambos pitones en la muleta del peruano, de la que salía rebrincado tras cada muletazo. Aunque de mitad de faena en adelante, Roca logró someterlo, tan parado como estaba, no hubo ni temple ni transmisión ni ligazón ni emoción. El público aplaudió un alarde de valor de Roca Rey, parado entre los pitones de Arrogante, a quien le enterró un espadazo en todo lo alto que fue fulminante.

Ficha del festejo:

Plaza de toros de Valladolid. 2ª de la Feria de San Pedro Regalado. Se lidiaron 5 toros de Garcigrande y 1 de Domingo Hernández (1°), de juego desigual, para:

Morante de la Puebla: Silencio y oreja.

Emilio de Justo: Oreja y dos orejas.

Roca Rey: Silencio y ovación.

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