Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
Volver
'El clasicismo temprano de Mario Navas'
'El clasicismo temprano de Mario Navas'
'El clasicismo temprano de Mario Navas'
'El clasicismo temprano de Mario Navas'
'El clasicismo temprano de Mario Navas'
'El clasicismo temprano de Mario Navas'
'El clasicismo temprano de Mario Navas'
'El clasicismo temprano de Mario Navas'
'El clasicismo temprano de Mario Navas'
'El clasicismo temprano de Mario Navas'
'El clasicismo temprano de Mario Navas'
CRÓNICA MADRID

'El clasicismo temprano de Mario Navas'

Darío Juárez | Madrid

Soplaba Eolo por castigo cuando la terna de novilleros que abría la temporada venteña hacía acto de presencia por delante de la primera raya. 8764 espectadores fue la cifra que acabaría registrando la plaza, pese a que la sensación visual pareciera sobrepasar la media entrada. En el ruedo -impresentablemente acondicionado-, un deslucido, desigual, de movilidad engañosa y muy frío encierro de Fuente Ymbro aperturaba el año taurino de la Monumental, destacando las maneras clásicas y templadas con la mano izquierda de un inspirado Mario Navas, que hacía su presentación en esta plaza en la tarde de hoy. 

Modélicos fueron aquellos tres naturales que Mario Navas le enjarretó al descastado y aburridito 3° casi en el umbral de la puerta de la manga por la que había salido minutos antes. El de Gallardo le había echado la cara arriba en los prolegómenos diestros de esa tanda zocatera , pero el vallisoletano no se amedrentó y, en el terreno de tablas, le presentó la muleta volcando el pecho hacia el novillo con las zapatillas apuntando a los pitones, mientras los vuelos trabajaban cual pincel, de atrás adelante, enganchando el natural debajo del hocico y llevándolo largo, pero sobre todo toreado. Dos tandas por el mismo palo fueron las que hicieron despertar del letargo a la concurrencia que, tras ver cómo desaparecía la espada tras el morrillo por la rectitud con la que el joven lo atacó, se animaron a pedirle la oreja. Finalmente, todo acabó en una merecida y reconocida vuelta al ruedo. 

Que pudieron ser dos si se hubiera sumado la que perfectamente hubiera podido pegarse con el 6° si no se llega a encasquillar con el estoque de cruceta. Pues el de Pucela lo toreó como si pareciera buena esa raspa fea, sin pecho pero con badana -o pellejo colgandero-, que cerrada en el brazo opuesto de las tablas de toriles donde había firmado la faena al 3°, enmendó con su matador una faena sobria y a más. La que empezó rodilla en tierra sin desplazar al novillo hacia fuera, sino llevando el doblón atrás, para después ponerse a torear a pies juntos con la mano de los contratos que le tienen que venir a partir de hoy. Mario rimaba los naturales con los vuelos enroscándoselos a su ser. Si el inicio fue preñado de torería, el cerradísimo y final hacia tablas por bajo en dos tandas terminó por confirmarlo. Sin aliviarse una milésima, volvió a tirarse encima para entrar a matar, aunque la tizona cayera atravesada. Se llama Mario Navas, apunten su nombre. 

Álvaro Alarcón trenzaba el último paseíllo como novillero en la Monumental antes de doctorarse con El Juli y Roca Rey como padrino y testigo en la corrida santacolomeña de La Quinta que abrirá el ciclo isidril. Retador ante el viento y su primero -segundo de lidia ordinaria- se le vio aguantando viajes deslucidos y más que peligrosos de ese mansote que sólo quiso defenderse, además de derribar previamente al jaco. Se vio cogido hasta en diez ocasiones, pero fue al entrar a matar cuando no se libró; el de Gallardo le echó la cara arriba sin dejarlo pasar, provocándole una contusión en el hemotórax izquierdo que le obligó a pasar al despacho del doctor Padrós. El vergonzoso becerro 5°, muy protestado de salida como no podría ser de otra manera, también estuvo a punto de llevárselo por delante al entrarlo a matar. Alarcón se había abierto previamente con él en el prólogo de faena saliéndose al paso hacia el tercio entre un par de trincherazos alternados con otro par de pases de la firma que dejaron la faena ahí. Pues en adelante, el novillo no se salía de los vuelos y complicaba el trasteo acelerado en demasía que le recetó un Alarcón desacoplado. Madrid ya lo espera -con ciertas dudas- en su alternativa isidril. 

Muy desapercibida pasó la tarde de Yon Lamothe con su deslucido lote caído en (mala) suerte. El inválido 1° no había gustado en los tendidos durante su lidia. Tampoco el francés que, muy embarullado y obcecado en darle guerra, no supo argumentar algo con cierto sentido. Como tampoco lo hizo con ese 4°, a excepción de una efímera tanda en corto por el derecho con cierta concatenación. 

Ficha del festejo: Monumental de Las Ventas. Novillada de temporada. Algo más de 1/3 de entrada (según la empresa), en tarde muy ventosa. Se lidiaron 6 novillos de Fuente Ymbro, desiguales y deslucidos, destacando la bochornosa presentación del 5°, indigno para esta plaza. 

Yon Lamothe, de azul marino y oro. Estocada (silencio). En el 4°, estocada desprendida (silencio). 

Álvaro Alarcón, de verde hoja y oro. Pinchazo y estocada trasera y tendida (ovación con saludos tras aviso). En el 5°, metisaca, pinchazo y estocada (silencio tras aviso). 

Mario Navas, de azul azafata y oro. Estocada entera (vuelta al ruedo tras petición). En el 6°, estocada atravesada y tres descabellos (ovación con saludos).

Sigueme en Twitter Sígueme en Twitter @dariojuarezc
Comparte y comenta esta noticia: