Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
Volver
«En 24 horas pasé de una cama del hospital de Albacete a luchar por el sueño de correr en Pamplona»
Foto: Patricia Santaolaya
Entrevista a Alejandro Verdejo / corredor de encierros

«En 24 horas pasé de una cama del hospital de Albacete a luchar por el sueño de correr en Pamplona»

Cristina P. Blasco | Pamplona

Manchego de nacimiento y casi navarro de adopción, Alejando Verdejo llegó a Pamplona para estudiar, sin ser taurino. Sus compañeros y amigos de clase lo adoptaron y le metieron la esencia del encierro por las venas. Hace 48 horas estaba ingresado en un hospital de Albacete, después de todo un año soñando con San Fermín, después de muchas noches en vela compartiendo miedos, después de una preparación más intensiva que nunca... A falta de una semana y media para San Fermín acabó hospitalizado, sin poder comer ni beber, perdiendo diez kilos en pocos días y mandando al carajo, como diría Sabina, toda su preparación. Ver a sus amigos triunfar el día 7 fue su medicina, antes que corredor es un buen amigo.

PREGUNTA ¿Cuándo empezaste a correr?

RESPUESTA Empecé a correr en 2022.

P ¿Por qué empezaste?

R Reconozco que no era taurino, no heredé la afición, a pesar de que mi abuelo sí que tenía un fuerte arraigo con la cultura; me vine a estudiar aquí a Navarra, dio la casualidad de que coincidí en clase con corredores del encierro y en el momento que falleció mi abuelo empecé a preguntarme ciertas cosas, y una de ellas era el porqué mi abuelo estaba tan enamorado de este mundillo. Así que en una especie de homenaje a él le quise dar una oportunidad a los toros y qué mejor oportunidad que correr el encierro de Pamplona junto con mis compañeros. Mi primer encierro fue el de Jandilla, y ya corrí todos los que quedaban y no sólo eso, sino que fui a todos los encierros que pude de la temporada.

P Te entró el veneno

R Sí, es que es un veneno que se te mete dentro.

P Hasta tal punto que, ¿qué te ha pasado este año?

R Este año después de estar todo el año soñando con Pamplona, una semana y media antes tuve que ser hospitalizado y en una cama de hospital sin poder comer ni beber; veía cómo se acercaba la fecha y no llegaba, no estaba. Fue el día 7 cuando me levanté por la mañana viendo a mis amigos triunfar, eso me dio un plus de motivación y gracias a dios empecé a mejorar. El lunes me dieron el alta y el martes ya estaba corriendo. En 24 horas pasé de la cama del hospital de Albacete a luchar por un sueño.

P ¿Cómo es ese sueño?

R Un sueño que se asemeja mucho al veneno de los toros en sí, después del encierro del día 14 de Miura ya comienzas a darle vueltas. Es un sueño que es como una bola de nieve cayendo por una ladera; cuánto más va avanzando el año, más grande se hace esa bola; pega un salto muy grande el uno de enero cuando comienza la escalera, y cuando llega junio es una bola inmensa que te tiene obsesionado.

P Para alguien que no ha sido Taurino y que su afición es reciente, de tan sólo hace dos años, ¿qué es el toro?

R Tengo la suerte de haber crecido como taurino rodeado de gente que vive el encierro y la tauromaquia con una pasión y una afición increíble; ahora para mí el toro es el protagonista de mis mejores sueños y de las peores pesadillas. Representa todo lo que temo y todo lo que quiero ser. El toro es un animal magnífico con unas cualidades impresionantes. Llega un punto en que se convierte en todo, es una motivación cuando abres los ojos, es una motivación para soñar dormido, y también despierto. El toro es vida, el toro es muerte. El toro es admiración, tanto para el animal como para cualquiera que con respeto, y siendo consciente de lo que es el toro, sea capaz de vencer el miedo y se ponga delante.

P ¿Y San Fermín que es para ti?

R San Fermín es el centro de la fiesta. Esta San Fermín, luego el toro y luego todo lo demás. San Fermín es símbolo de muchas cosas, para algunos de Fe religiosa y para otros de Fe taurina, para otros es un motivo para sonreír. Es también esa chispa de seguridad que muchas veces nos falta, me encomiendo mucho a San Fermín y vengo a todas las misas de escalera. Creo ciegamente en el capotico de San Fermín.

P ¿Cómo has pasado de desconocer la fiesta a no faltar a ninguna escalera y tenerlo tan interiorizado?

R Mis amigos de aquí viven San Fermín de una manera que es de admirar y yo iba con ellos a las misas de escaleras, me parecía una cosa preciosa y no se me va a olvidar el día que escuché la jota “qué hizo llorar a San Fermín” y se me caían las lagrimas. Entendí muchas cosas, el me ayudó en los peores momentos de mi vida, me agarré a él.

P Sabina dice “que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde no valga la pena”, ¿qué piensas?

R Que tiene razón. Aquí se vive todas las mañanas, los días que sientes que no has podido dar lo que llevas dentro te vas dolido, duele más que que te pasen por encima. Lo peor es no haber sido capas de demostrar el coraje, la valentía y la casta que llevas dentro.

P ¿Demostrárselo a quién?

R A uno mismo, las cosas se demuestras a uno mismo; el encierro es anónimo, el encierro se lleva por dentro y todo lo que hay que demostrar te lo demuestras a uno mismo, y en algunos casos a gente que conoces, a amigos y familiares que tengo que lo han estado pasando mal y todo lo que sea poder motivarlos y demostrar algo que está al alcance de pocos ayuda. Has dicho que “ser valiente no salga tan caro”, muchas veces ser valiente es lo que tiene, si fuera fácil todo el mundo sería valiente en cualquier momento, aquí ser valiente significa jugarte la vida, no se puede olvidar.

P ¿No crees que ser valiente es ir con la verdad y el encierro es verdad?

R Para ser valiente necesitas enfrentar al miedo con verdad, el miedo te quita la máscara, te deja ver lo que eres y esa es la verdad. Así que sí, ser valiente es ser sincero con uno mismo.

P ¿Qué es el encierro de Pamplona?

R Un motivo para soñar. El encierro de Pamplona cada año es más difícil, va cambiando, va evolucionando y es algo maravilloso. Es una excusa para juntarte con tus amigos, es una excusa para vivir lo que para mí es la vida de verdad, que es vivir las cosas con sentimiento. Es una oportunidad para abrazarte con tus seres queridos, para despedirte, para reencontrarte.

P Hablabas antes de fustracciones, ¿cómo ha sido el encierro de hoy?

R Para mí ha sido un encierro muy difícil, en mi punto, Estafeta, ha sido rápido. A mí lo que me ha llegado ha sido una marabunta de gente, dos cabestros por delante y una manada muy junta, muy junta, al final lo que da es para que dos personas muy afortunadas, que me alegro un montón por ellos ya que será un día muy feliz, hayan conseguido buscar su hueco. Los demás a luchar, a armarse de valor y mañana más.

P Entonces, para ti hoy ha sido frustrante, pero ¿no crees que hace 48 horas estabas en una cama de hospital y tendría que ser todo lo contrario a frustrante?

R Siempre, después del encierro el que pueda salir por su propio pie, el que se pueda juntar con sus amigos, el que pueda almorzar, tiene un motivo muy grande para sonreír y ser feliz. Pero, dentro de todo eso, aquí el que viene a Pamplona quiere correr toros, y si no se logra no puedes engañar al corazón, no puedes engañarte a ti mismo, estás decepcionado. Quedan días, a por todas.

P ¿En qué tramo corres y por qué?

R Empecé a correr en Santo Domingo, mitad de La Cuesta; el año pasado corrí desde la línea roja, de partida y fue una experiencia preciosa, espectacular, muy fuerte; y estos dos encierros que llevo este año los he afrontado a la salida de Estafeta y mi intención es meterme en Telefónica, pero por ahora no he podido.

P ¿Por qué Santo Domingo para iniciarte?

R Porque estás muy en contacto con lo que es la esencia del encierro, haces los cánticos al santo que es una cosa que hiela la sangre y pone los pelos de punta. Abandonas la razón y corres cuesta arriba con unos animales que van frescos. Es el sitio donde menos peleas y egos hay. Cada parte del recorrido está hecho para cada persona en cada momento de su vida. El año que viene no sé dónde correré.

P ¿Entonces los que corren cada día en un tramo?

R Para mi tienen un valor añadido espectacular, tengo amigos cercanos que corren cada día en un sitio y les da igual donde los pongas que cogen toro, disfrutan y corren con los mismos valores.

P ¿Qué es la amistad en el encierro?

R Es todo. No vendría a Pamplona si no tuviera los amigos que me ha brindado el encierro, si no viera sus caras antes de correr. Para mí es tranquilidad verlos antes de correr y es felicidad verlos al terminar. No son sólo amigos de encierros. El encierro da una amistad muy verdadera, sufrimos y disfrutamos juntos.

P ¿Ganaderia favorita?

R Sí, tengo. Yo he sentido mucho corriendo Prieto de la Cal, es una ganaderia que me transmite mucho y me encantaría verlos en Pamplona.

P Con el veneno te has corrido medía España corriendo encierros, ¿cuál es tu favorito del resto? ¿A cuál dices “no puedo faltar”?

R Cualquier encierro que me haga sentir, pero si tengo que decir uno, a mí el Pilón de Falces me tiene enamorado. Para mí igual que no hay nada como Pamplona, tampoco hay nada como el Pilón de Falces. Y Falces con ganaderia picante.

P ¿Qué tiene esa cuesta de Falces?

R Es una cuesta de tierra donde abandonas cualquier tipo de superioridad que puedas tener respecto a un animal bravo, agarran bien con las pezuñas, se embalan en la cuesta abajo, son animales que repiten año a año y que saben lo que hay. La gente de Falces es espectacular, el cántico a la Virgen, esa espera preencierro cuando el miedo te invade, el encanto del lugar.

P ¿Qué les dirías a quien quiera iniciarse?

R Que tengan las cosas claras, que sean conocedores de lo que se juegan, el toro no es un perro, que tengan respeto tanto al resto de corredores que están ahí jugándose todo, como al toro que es el auténtico protagonista y también a ellos mismos. Todos tenemos seres queridos y esto no va de coger toro a toda costa. Que se informen y recomendarían que vengan dormidos, descansados y no ebrios.

P Un buen amigo me dijo que el miedo comienza cuando San Fermín está aquí ya, ¿sigue el miedo?

R Sí, indiscutible, todas las noches el miedo se mete dentro cuando piensas en el encierro o en lo que te viene. Me acuesto pensando en que cuando abra los ojos tengo que estar preparado para la guerra.

P ¿Se puede dormir?

R Un par de horas siempre sacas.

Comparte y comenta esta noticia: