Pasaban diez minutos de las diez de la noche cuando por fin se abría la puerta de la enfermería de la plaza, de donde salían noticias tranquilizadoras que hasta ese momento no habían visto la luz por la gravedad de lo que ahí dentro se estaba operando: Isaac Fonseca sufría una cornada de 20 centímetros por el sexto toro de la tarde, que le llegó hasta la clavícula, destrozando músculos dorsales y parrilla costal, pero milagrosamente sin tocarle el pulmón. La violencia con la que lo cogió en ese de pecho el remiendo de Torrestrella, perdiendo el pitón derecho por la espalda del matador de Morelia, de abajo arriba, hacía temer lo peor. Hoy Dios estuvo con él y a mí me reafirmó que los milagros existen.
Fonseca le había cortado una digna oreja, que no orejón, al impresentable por anovillado aunque de buen fondo y calidad 3º de Pedraza , al que lidiaría Raúl Ruiz con un capote de seda, y el que se acabó yendo con una oreja de más al desolladero. La estocada en los gavilanes y dos series por el izquierdo dando libertad a los vuelos a pies juntos, de uno en uno, fueron el pasaporte para pasear el despojo. Por el derecho no redondeó nada, pero tenía media Puerta Grande abierta. Su mejor tarde, por asentada y cabal, hasta el momento en Madrid.
Del 6º de Torrestrella que lo hirió se hizo cargo Juan Leal, abreviando con él. Como obró del mismo modo "semiobligado" por ciertos pitos que así se lo requerían "por respeto al compañero herido", frente a un 5º de Pedraza con mejor aire pero sin estridencias, que también hirió con un golpe de testa al fuenlabreño Francisco José Espada, provocándole un traumatismo craneoencefálico occipital que le metió para dentro, dejando a la plaza con la duda de que volviera a salir para continuar con la lidia. Una espera que solicitó su apoderado desde la puerta de la enfermería y que, tras unos minutos con el público ya impacientado, hizo que el presidente diera la orden al director de lidia de ser él quien lidiase y matase al toro.
El descastado 1º no sirvió y el sobrero viejuno y cargante de Chamaco que hizo 2º bis, sustituyendo a un titular de Pedraza inválido que llevaba metro y medio el hocico por delante antes de coger los capotes, fue una losa para un Espada muy castigado en esta plaza por los toros, el cual ya ha ingresado en la Fundación Jiménez Díaz para pasar la noche en observación.
Corrida descastada, muy mal presentada, poco y mal picada de Pedraza.
Ficha del festejo:
Monumental de Las Ventas. 21° de la Feria de San Isidro. Menos de 3/4 de entrada. Se lidiaron 4 toros de Pedraza de Yeltes, 1 de Chamaco (2º bis) y 1 de Torrestrella (6º), mal presenrados; descastados y sin fondo. Tan sólo destacó el anovillado 3º, con clase.
Juan Leal, de rosa y oro. (Silencio, silencio tras aviso, silencio y silencio)
Francisco José Espada, de rosa palo y oro: silencio tras aviso y herido.
Isaac Fonseca, de verde bandera y oro. (Oreja tras aviso y herido).
* Parte médico de Isaac Fonseca: Herida por asta de toro en cara posterior hemotórax izquierdo, con una trayectoria ascendente de 20 cm y que produce destrozos en músculos dorsal archo y paravertebrales, alcanzando y contusionando parrilla costal y apófisis espinosas dorsales. Puntazo corrido 1/3 superior muslo derecho. Es intervenido quirúrgicamente bajo sedacion y anestesia local en la Enfermería de la Plaza de toros y trasladado posteriormente al Hospital Fraternidad Muprespa-Habana Pronostico Grave