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'La Beneficencia del Sistema se lleva a hombros a Fernando Adrián'
Foto: Plaza 1
Corrida de Beneficencia

'La Beneficencia del Sistema se lleva a hombros a Fernando Adrián'

Darío Juárez | Madrid

Ya se van los isidros hasta Otoño. Entiendo su felicidad. Se van regalando otra Puerta Grande de saldo, destapados por anteponer el triunfalismo a la seriedad de la plaza en la que se sientan; la invalidez -como lo hacen sus ídolos, las llamadas figuras- a la casta, prestándose a sumar fuerzas a los gestos del torero de turno que pide paciencia a quien se traga sesenta festejos anuales sólo en esta plaza exigiéndole que abrevie, cuando delante tiene una borrega inválida agonizando a la que se empeña en seguir dándole pases.

Todo ello bajo la aprobación de la autoridad que firmó el acta gubernativo del reconocimiento de ciertos toros que no debieron saltar al ruedo por su notoria falta de trapío, además de negarse a devolver los inválidos que se iban sucediendo hasta que salió el 6º, de nombre Bromista, el único destacable de una corrida mansa e inválida de Garcigrande que remendaba un escombro de El Pilar. Esa autoridad no es otra que ese otro isidro que se despide del palco de Las Ventas, como es Eutimio Carracedo Pastor, usía hasta día de hoy de la primera del mundo y soberano antitaurino. Tanta paz lleve como descanso deje.

Sólo queda que Florito, el chulo de toriles y los dos alguacilillos pidan orejas, como se la pidió con fervor a Adrián la Infanta Elena -como nunca lo haría su padre y mucho menos su hermano...- desde el Palco Real, al que acudió para presidir la tradicional Corrida ("marbellí", como he leído por ahí) de Beneficencia. La Beneficencia del Sistema, que quiso dejar en mano a mano la corrida, en teoría, más destacada del año taurino en la Monumental tras la baja de Morante, para un Castella empeñado en aburrir a un perezoso y un Fernando Adrián que hacía su único paseíllo de la feria, fuera de ella, cosechando su tercera Puerta Grande consecutiva en Madrid entre un mar de triunfalismo desmedido. Es decir, lo premeditado aprobando la corrida "por hechuras" -ya sean las del toro de Valdemorrillo, da igual-, dándole una oportunidad más a cada torero de tocar pelo en vez de incluir a un tercero a batirse el cobre. Es decir, todo lo que persigue el sistema; el triunfalismo al precio que sea.

Impresentable fue ese anovillado 2º al que Fernando Adrián le dejaba la espada en el hoyo de las agujas, después de una faena de altibajos, falta de temple, mejor colocación e intuición, cuando el paso aparentemente parsimonioso del madrileño se dirigía hacia los medios para pasarse por la espalda al animalito de Justo, antes de que se fuera al suelo. El madrileño lo había recibido con cinco faroles de hinojos con el capote, ligando tandas con el toro respondiendo en nobleza sostenida y su justeza de fuerzas. Tras el estoconazo, la orejita. Más la del importante 6º al que, atropellado por las ganas y la raza del triunfo, pinchó en las vísceras al perder pie, previo a la estocada desprendida que le pasaportaba hasta Alcalá. El animal de Justo galopaba, habiendo cumplido en el caballo sin estridencias, y Adrián lo aprovechó. Por momentos llevando toreada la embestida por debajo de la pala, por momentos ligando al tuntún. El broche final por bajo, torerísimo, fue de lo único que me acordaré esta noche al acostarme.

El 4º salió del caballo inválido de su mano derecha y a Eutimio, y al veterinario que está a su derecha, les dio exactamente igual. Adrián y el público se quedaban sin un toro, pero no pasa nada... Aquí paz y después gloria.

Buscó el aviso Castella con ese primer toro falso de Garcigrande, con efímeros chispazos de movilidad y clase en los primeros compases de una faena en la que en el segundo pase de la firma de apertura ya abría la boca, saliendo desentendido de un par de series sin fijeza, hasta que se apagó, que fue enseguida, encima sin estar picado.

El soso y descastado 3º no dijo nada. Con el inválido 5º, al que se empeñó en hacerle faena rogando paciencia después de perder las manos constantemente dando una sensación de debilidad abismal, también se daba de bruces el francés.

Ficha del festejo:

Monumental de Las Ventas. Corrida de Beneficencia. Se lidiaron 5 toros de Garcigrande y 1 de El Pilar (3º), mal presentados para esta plaza; mansotes e inválidos a excepción del encastado 6º.

Sebastián Castella, de lila y oro (ovación con saludos tras aviso, silencio y silencio)

Fernando Adrián, de blanco y plata (oreja, silencio y oreja)

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