Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
Volver
'La casta de Román y Gallado empujan la feria hacia delante'
Fotos: Plaza 1
segunda de la feria de san isidro

'La casta de Román y Gallado empujan la feria hacia delante'

Darío Juárez | Madrid

La España Cañón se ha echado a la calles de Madrí por donde ya huele a rosquillas. Su explosión primaveral expande el invierno ponzanista al resto del madrileñismo moral que de marzo a octubre se cita en las terrazas de la capital, en la cola de las heladerías y en Las Ventas, sobre todo ahora por San Isidro. Donde este sábado entraron, según la empresa, más de dieciocho mil personas. "Y pagando", diría algún iluso.

Una segunda de abono con el hierro de Fuente Ymbro venía de tapada sobre el papel por el poco fuste del cartel. Sin embargo, a final de feria, podremos decir que fue una de las más interesantes por todo lo que despachó sobre la arena venteña; a la que miró a los ojos un soberbio Román que se quedó en el umbral de la Puerta Grande y en la que la Virgen de Guadalupe cubrió con su manto a Valadez frente al tercero, obrando dos milagros que le salvaron la vida pero no le impidieron pasar a la enfermería. De donde no volvería a salir tras una luxación de hombro que, evidentemente, le impedía a todas luces salir a matar al sexto.

Se encerró en Fallas con seis toros, se sobrepuso a dos espantosas cogidas y acabó saliendo a hombros. Como a dos dedos se ha quedado de hacerlo este sábado en Madrid por la Puerta que da a la calle Alcalá. Pues Román se está convirtiendo en un torero de Madrid y de donde quiera serlo.

Con el nombre de Orgulloso quiso bautizar hace cinco años Ricardo Gallardo al toro que estuvo a punto de encumbrar esta tarde a Román. Un animal precioso, acucharado de cuerna sin ser acapachado, recto de viga y muy serio, que acabaría derribando al caballo y su jinete en el primer envite, saliendo suelto del segundo. El toro entableradito decía mucho saliendo como una gacela a por el engaño presto, dispuesto y generoso en las distancias de Román, que le esperaba en los medios para ofrecérselo por debajo del hocico, donde el animal respondía con una embestida vertiginosa que surcaba la arena del tercio hasta llegar a las dos rayas del 7. Espacio y tiempo donde la faena fue a más, sin redondear por el izquierdo, pero con un cierre por bajo torerísimo que terminó por elevar la faena a un púlpito de importancia sonoro. Donde lo firmó la gran estocada que dejó en el hoyo de las agujas y lo acabó atestiguando con el orejón que paseó y le pidió con mucha fuerza Madrid.

Con una oreja, algunos pensarán que tenía media Puerta Grande en la mano, y está bien, pero donde Román tenía la Puerta Grande era en el corazón. Corazón que puso y vistió de arrojó para enfrentarse a la prenda quinta, jugándose los muslos de pitón a pitón, logrando cavar una mina de oro desde la boca de un zarzal. Una estocada contraria y un fallo con el descabello le impidió ver desde las alturas las luces de Madrid por segunda vez en su carrera. No será tarde.

Recordaba en X (antiguo Twitter) esta mañana su generosidad frente a aquel entrenizado Hechizo también de Gallardo en el año 18, ya que el que mandó al hule esta tarde a Leo Valadez también se llamaba así. Fue en una inentendible arrucina, después de que el mexicano sorteara las guadañas de la muerte vestida de toro intentando limpiar muletazos que traían escrito un destino funesto. Lo empitonó por la zapatilla y se lo llevó al suelo tirándole derrotes con el manto guadalupano haciendo su trabajo. El segundo milagro vino al entrar a matar, tirándole un hachazo con el pitón de fuera al bajo vientre que inexplicablemente no le caló, pero sí hizo que esa fuerza le sacará el hombro al matador azteca al dejar el estoque en todo lo alto.

Ya se había encargado la mala suerte de aliarse con Jurista, ese primer boyante primer toro al que aburrió El Fandi con dosis de Dormidina de ligazón muda, siempre al hilo y hacia fuera, sin encajarse con el toro en ningún momento cuando éste respondía a pulmón, con toda la fuerza dentro que no había sacado en los primeros compases de su lidia. Le quedaba el 4º, otro toro manejable pero discreto en varas, con el que tampoco le dio por fajarse en ningún muletazo con él. Y para colmo, la lidia del sosito sexto en lugar de Valadez, con mucha gente fuera de la tarde y de la plaza.

Ficha del festejo:
Monumental de Las Ventas. 2ª de la Feria de San Isidro. 3/4 de entrada. Se lidiaron 6 toros de Fuente Ymbro, bien presentados pero desiguales. Interesantes, encastados, peligrosos y uno a destacar como fue el 2º.

El Fandi, de azul marino y oro (ovación con saludos, silencio y silencio)

Román, de celeste y azabache (oreja tras aviso y vuelta al ruedo tras dos avisos)

Leo Valadez, de verde bandera y oro (ovación con saludos. Herido)

Comparte y comenta esta noticia: