Por el piton derecho
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'Mariscal Ruiz sobrevive en el desierto'
Mariscal Ruiz paseando la oreja del tercer novillo: Maestranza P.
Novillada de abono en la Maestranza

'Mariscal Ruiz sobrevive en el desierto'

Ignacio Muruve | Sevilla

La cita no era el foco por más que la Fundación y el Circuito se publicitaran y movieran en las redes sociales y medios taurinos. Con Madrid y en San Isidro no se puede competir. Ahora bien, la verdad es irrefutable: hoy en Sevilla había una final con tres jovenes que saben torear. Dicho esto, apuntar algo: el público, formado alrededor del paisanaje extremeño, jamás debería trascender del apoyo, pasar de esa línea. Es tauromaquia, no fútbol. La de Bohórquez, complicada y de pocas opciones, echó a tierra las esperanzas.

Medido de poder y de fuerza, apuntar el cuajo que tuvo el primero del envío de Bohórquez. La labor de El Mella -llamativo nombre para labores toreras- tuvo el sello del poso, obteniendo una trascendencia opaca así como eco nulo. Apuntó con sus maneras dos sentidos indispensables en esto: análisis y paciencia. Tiene cosas de buen torero el extremeño. El buen aficionado se enteró de la sutilidad en el toque, aunque poco hubo destacable más que tres naturales a un novillo que apuntó sin concretar. Todo el buen son que traía de salida se quedó en nada en la muleta. Ovación tras aviso.

Me va a servir lo sucedido en los primeros tercios del segundo para recordar al malogrado Jaime de Armiñán y a ese inigualable legado taurino que dejó. “Las prisas, para los delincuentes y los malos toreros”, que le dijo Juncal a un jovenzuelo cuando corría al tendido. Pues se ve que la mezcla de paisanaje y aficionado -más lo primero-, no vieron la serie. Venir con prisas a los toros. Qué cosas. Javier Zulueta se presentó como novillero con picadores pasando desapercibido por la inexistente transmisión de su oponente, que estuvo cogido con alfileres desde que vio la luz de Sevilla. La distancia corta en el cite de inicio nos enseñó lo que estaba por venir. Y para colmo, los lamentables pitos desde un tendido que parecía querer irse ya. Con el quinto, cuajado en su recortadito volumen, nuevo sereno y queriendo hacer las cosas bien, aunque de nuevo sin un oponente digno. Parado y sin casta, sólo pudo dejar Zulueta algún muletazo suelto.

En la virtud de apostar, la posibilidad de errar. Mariscal Ruiz, todo entrega en banderillas y un con poder forjado sobre su verticalidad, falló con el terreno elegido para tratar al encastado que hizo tercero. Si bien al bravo hay que verlo en los medios, puede que la medida deba ser diferente con viento incesante durante el trasteo. Como decimos, apostó siendo molestado por el incómodo invitado, aunque en su discurso hubo momentos de soberbio temple cuando conseguía reducir la velocidad y que la muleta no flamease. Lo mejor, un puñado de derechazos y el exquisito cierre por bajo. Si al conjunto le faltaba cierta argumentación, cierto contenido, la espada completó el ejercicio. Tremendo puñetazo le recetó Mariscal Ruiz a “Tinajero”, que se marchó con una ovación cerrada bien merecida. Oreja para el sevillano. Con el sexto, otro utrero desagradecido y sin entrega, se jugó la cornada con dos volteretones que, en el momento, quedaron en nada. Nadie le reprochará absolutamente nada.

El Mella, viendo cómo se ponía la tarde, arreó desde la puerta de chiqueros. Largas, faroles, medias de rodillas, etc. como una caldera dejó la Maestranza, altamente cargada de extremeños en su apoyo. Quitó cuanto pudo y cuando se quedó sólo con el utrero que hacía cuarto, se encontró con un huracán: áspero, sin entrega, pendiente de todo, oliendo el hueco, sin regularidad, etc. ¿Pudo atacarle demasiado producto del deseo de triunfo? Tal vez. Logró escasos pasajes de lucimiento antes de estancarse con la espada en un periplo desagradable y desesperante para el joven. Saludó su segunda ovación con aviso.

Ficha del festejo:

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla 17ª de abono. Más de 1/2 plaza. Novillos de Fermín Bohórquez: Correctos de presentación y de escaso juego salvo el encastado 3°.

Sergio Domínguez “El Mella”: Ovación con saludos tras aviso en ambos.

Javier Zulueta: Ovación con saludos en ambos.

Mariscal Ruiz: Oreja y ovación con saludos.

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