La tercera y última novillada clasificatoria del Circuito de Novilladas de Castilla y León se celebró en la localidad zamorana de Villanueva del Campo con un gran ambiente en los tendidos. El público pudo disfrutar del concepto artista de Daniel Medina y del poderoso de Cristiano Torres ante una variada novillada de Montalvo, aunque el mal uso de los aceros empañó todo lo realizado.
Daniel Medina abrió el festejo ante «Salobreño - 74» al que saludó con soltura, temple y cadencia a la verónica. Continuó deleitando con su buen manejo del capote con unas chicuelinas al compás en los mismos medios llenas de gusto y empaque. El vallisoletano acabó imponiendo su concepto ante un noble burel que pronto empezó a acortar recorrido
en una embestida a media altura. Aprovechó esa cualidad el novillero para ligar tandas por derecho con temple empapando al animal de muleta y llevándolo toreado hasta el final. Culminó con gusto a pies juntos por naturales, rematando detrás de la cadera y demostrando el buen trazo de sus muñecas. Enterró una media defectuosa tras pinchazo que le concedió el primer trofeo de la tarde.
Más cuajado y serio saltó al ruedo «Aparatoso - 76», tercer novillo de la tarde que a posteriori resultó el más interesante del encierro. Nuevamente volvió a gustarse con la capa el de Pucela estirándose a la verónica con personalidad. Tras un complicado tercio de banderillas, inició pegado al tercio por alto intentando imponer su mando ante un astado exigente, pronto y con recorrido. Tras un par de tandas por derecho de toma y daca, fue por el pitón izquierdo por donde lograron el entendimiento ambas partes. Dibujó Daniel naturales largos y templados enganchando la embestida del de Linejo por delante y llevándola cosida a la franela con profundidad. Dejó una estocada perpendicular suelta y se atascó con el descabello. Vuelta al ruedo y ovación al novillo.
De pobre presentación saltó al ruedo zamorano «Rapaz - 56», segundo novillo, con el que Cristiano Torres apenas pudo lucirse con la capa. Su inicio con la muleta fue toda una declaración de intenciones de que no venía a pasar de puntillas en la tarde y comenzó en los medios como una estatua pasaportando al burel por la espalda. La nobleza del de Montalvo le permitió firmar tandas por ambos pitones en las que impuso su poder y mando sobre la embestida en series cortas. Asentado y entregado consiguió muletazos de calidad corriéndole la mano con buen trazo y profundidad. El final en los comprometidos terrenos del astado por circulares y arrucinas, dejándose llegar los pitones a la taleguilla le
permitieron encender al tendido. Se atascó con los aceros y fue ovacionado.
«Cartero - 33» fue el novillo que cerró la novillada y que también imposibilitó el lucimiento de capa del zaragozano. Tras dos buenos pares de Miguel Ángel Gómez, consiguió ya con las telas encauzar al de Linejo. Tras unas primeras tandas carentes de temple, se fue confiando poco a poco y consiguió exprimir la embestida del astado encontrando los mejores pasajes al natural encajandose y llevándolo por detrás de la cadera. Culminó nuevamente como en su primer novillo en cercanías y de manera efectista logró cortar un trofeo tras media agarrada y descabello.