Como viene siendo habitual en los últimos tres años cerraba la feria en Salamanca un festejo en formato de corrida concurso con seis toros de diferentes ganaderías del campo charro, con hierros ya visto en otros carteles del serial.
Morante de la Puebla vino en su segunda tarde con mayor inspiración cuajando dos faenas llenas de detalles y pureza mientras que Borja Jiménez estructuró una última faena llena de poder y empaque que emocionó a los tendidos. Alejandro Talavante paseó un trofeo en una tarde de altibajos en la que Corchoso - 35 fue premiado como mejor toro. De un personal nazareno y azabache vistió Morante de la Puebla en su segunda tarde en La Glorieta tras la bronca que su público le propinó este pasado viernes.
Serio de cara, largo y fino fue el primero de la tarde de nombre «Corchoso - 35» de Garcigrande que recibió una ovación en el arrastre por la repetición y tranco que desarrolló en las telas del de la Puebla del Río. Pronto perdonó Salamanca a José Antonio cuando en los bajos del tendido siete realizó un saludo capotero en el que le enjaretó sendas verónicas con gran empaque, cadencia y temple haciendo resonar olés secos. Aguantó Ángel Rivas el primer envite en el caballo en un puyazo largo y duro, teniendo que emplearse nuevamente en dos puyazos más a un toro que desarrolló casta en el peto. Recibió una ovación el varilarguero con fuerza al igual que el quite de Morante por verónicas llenas de temple. Con la franela comenzó en el tercio del siete por ayudados por alto y bajo con una rodilla en tierra en una estampa muy torera. En redondo se encajó de riñones por derecho, asentado de talones y girando sobre su propio eje ligó con suavidad, pureza y caricia con las telas en muletazos en un palmo de terreno con mucho gusto. El cambio de mano en la cuarta tanda todavía perdura en la arena charra por su eternidad y despaciosidad. Se rompió La Glorieta con ese lance en un olé desde las entrañas más profundas. Perdió con la espada los trofeos y le brindaron una cariñosa ovación. No tuvo fortuna el cigarrero con «Almendrito - 55» al que pronto se le acabó la gasolina en las telas del matador dando una vuelta al ruedo como premio. Se inspiró con el capote en un saludo por chicuelinas con la mitad recogido, muy personal y variado que hizo sonar olés con rotundidad en todos aquellos presentes en Salamanca.
El anovillado burel de Olga Jiménez derribó en el segundo puyazo a Aurelio Cruz tras un quite y galleo del bú de Morante lleno de arte y entrega. Estaba inspirado el diestro sevillano y así lo manifestó en un inició de franela pegado al burladero de toreros, agarrado a tablas con una mano en pasajes por alto mientras La Glorieta estaba sumida en un silencio de expectación. Se arrebató por bajo y el molinete que le siguió emocionó. En la segunda tanda, cuando cogió la mano izquierda, comenzó a rajarse el de El Cabaco huyendo de los trastos de Morante en una faena que cuajó detalles sueltos de su esencia. Desistió en perseguir al manso y enterró una estocada caída con la que tuvo una tímida petición tímida de oreja que no fue atendida. Vuelta al ruedo ante un público entregado a un ídolo y maestro al que esperarán con mayor ansia la temporada que viene. Regresaba Alejandro Talavante a Salamanca tras triunfar el pasado año en una temporada en la que nuevamente ha pisado todas las plazas de mayor importancia del país.
Ante «Resistenoches - 72» cuajó un trasteo en el que lo único a destacar fueron un cambio de mano lleno de temple y pureza, un pase de pecho con mucha profundidad y el arrimón final dejándose llegar los pitones a la taleguilla con mucho valor.
Recibió con solvencia y facilidad por verónicas al astado de La Ventana del Puerto, un toro de bello pelaje y justa presencia. Movió bien el caballo Manuel Cid en un tercio de varas aseado con el que recibió una ovación. El ajustado quite de Borja Jiménez encendió a una plaza que sumió en un letargo el pacense en una labor que no llegó a conectar con el tendido. Por derecho y en redondo hiló las tandas más lucidas, pero faltó en todo momento acople y ajuste. La medida de la faena fue larga recibiendo un aviso tras el primer pinchazo. Estocada a la segunda, golpe de verduguillo y ovación. Comenzó variado el recibo capotero ante «Esaborío - 69» de García Jiménez que no tardó en ser devuelto por su invalidez. En su lugar salió el primer sobrero de nombre «Trapero - 13» de Garcigrande con el que no logró lucirse con la capa el extremeño. Nuevamente fue derribado el caballo de picar, ésta vez con Miguel Ángel Muñoz a las riendas, en el primer puyazo que le pillo desprevenido. Se desquitó con el segundo, largo y medido en lo alto. Tras destacar Manuel Izquierdo con los palos, estructuró un trasteo Alejandro basado por el pitón derecho por donde logró las tandas más ligadas y profundas. Estuvo dispuesto y asentado en las tandas en redondo con profundidad, aprovechando el viaje dejándole la muleta por delante. Faltó conexión con unos tendidos que comenzaron a impacientarse, tirando de un toreo más efectista con pasajes por la espalda y arrucinas. No fue la mejor versión del pacense, pero todos aquellos presentes deberían abrir más los ojos y saber ver más allá de Morante. La estocada entera le permitió cortar una oreja.
Se proclamó como máximo triunfador en los dos festejos en los que hizo el paseíllo la temporada pasada y tras catalogarla como una de sus plazas, Borja Jiménez volvía al coso de tierras del Tormes con la máxima expectación de los presentes. De Domingo Hernández fue el tercero de la tarde de nombre «Mijero - 60», un toro más bajo y armónico al que recibió el de Espartinas con un recibo por verónicas con mucha soltura. Vicente González cumplió un tercio de varas limpio y medido ante un astado que no buscó mucha pelea. Inició en la sombra por doblones una faena en la que alternó tandas con ambas manos en la que le costó imponer su mando y poder. Le faltó templar la noble y humillada embestida del de Pozos de Hinojo que mantuvo un gran tranco en las telas del sevillano. Quizás en los medios habría lucido más una labor que costó que llegará a los tendidos o quizás el viento le molestaba en demasía, el caso es que más allá de la entrega del diestro no terminó de alzar vuelo el trasteo ni de mostrar su mejor versión. Erró con los aceros una larga faena que obtuvo como premio una ovación. Con «Caracola - 39» de la ganadería de Carmen Lorenzo se bajó el telón a una nueva feria en La Glorieta que culminó por todo lo alto con una faena llena de rotundidad y entrega. Alto y hondo fue el Murube que cerró la feria y al que el sevillano le elaboró un trasteo más personal y en el que sí demostró la imagen tan torera a la que tan acostumbrados nos tiene últimamente. Brindó al público para después comenzar en los mismos medios en la suerte del péndulo llena de valor y ajuste sin moverse un solo ápice. Con el cante desde el tendido comenzó a subir la temperatura de la plaza ligando por derecho con profundidad y empaque con poder y mando. Empezó a hervir Salamanca y a romperse con los olés en cada tanda, entregados a un torero más arrebatado e inspirado que nunca. Un derechazo eterno en la tanda con la que volvió a la mano diestra paró el reloj de La Glorieta y emocionó al respetable que no dudó en rendirse en pie al de Espartinas tras cuajar a un burel con mucha prontitud fijeza y tranco. Las manoletinas finales precedieron a un pinchazo que le dolió a toda la plaza tras una faena que no se podía errar. La oreja que paseó Borja le supo a poco a todos los presentes en unos tendidos helados de frío que despidieron un año más a su querida plaza.
Ficha del festejo:
Plaza de toros de Salamanca. 6ª de abono de la Feria Virgen de la Vega. Casi lleno en una tarde apacible. Corrida concurso de ganaderías. Se lidiaron toros de Garcigrande (1º), con recorrido, repetición y buen tranco; La Ventana del Puerto (2º), noble y soso; Domingo Hernández (3º), tranco y humillación; Olga Jiménez (5º), manso; García Jiménez (5º), fijeza y recorrido; Carmen Lorenzo (6º), pronto, fijeza y tranco.
Morante de la Puebla (de nazareno y azabache): ovación y vuelta al ruedo.
Alejandro Talavante (de blanco y oro): ovación tras aviso y oreja.
Borja Jiménez (de grana y oro): ovación tras aviso y oreja tras aviso.