Pese a tener solamente dos tardes cada uno, Morante de la Puebla y Roca Rey son las bases del serial isidril que empieza esta tarde, como primeros espadas del escalafón que son. Dos toreros antagónicos en sus conceptos pero, gustos a parte, necesarios para la Fiesta.
Morante viene tras haber superado, parece, sus problemas de salud mental y de pasear tres apéndices en sus dos comparecencias en la Feria de Abril. La cuál puso cara el pasado 1 de Mayo. Al de La Puebla siempre se le espera en Madrid por su arte y su concepto puro y clásico -aunque haya años pase sin pena ni gloria por la Feria-, como demuestra el "No hay Billetes" en su primer paseillo el día 28. Primer paseillo que será con la ganadería de Garcigrande. El segundo, el 9 de junuo, con Juan Pedro en la Beneficencia, ganadería de la que reniega, parece ser, pero a la que se apunta a la mínima ocasión. ¿Será el año en el que abra la Puerta Grande al fin? Siempre la misma pregunta y ojalá que sea así.
Por su parte, el peruano, que matará las ganaderías de Victoriano del Río y El Torero, también ha puesto el "No hay Billetes" en sus dos comparecencias. Viene de desorejar a un enclasado, noble y mal presentado ejemplar de Victoriano del Río en su primer paseíllo en el coso del Baratillo. Andrés no rehuye de Madrid pese a sus desaires con parte de la afición venteña, pero se acartela con toreros con poco atractivo que no le puedan mojar la oreja. Como máximas figuras que son y siendo la feria más importante, deberían compartir cartel y competir con ganaderías duras como siempre ha ocurrido a lo largo de la historia de la tauromaquia, aunque eso ya ha pasado a mejor vida por desgracia.
Son toreros que pueden acabar con los 53 años desde el último rabo. Uno por su tauromaquia y el otro por el exceso triunfalismo que hay en sus tardes y que está instaurado en el coso venteño. Ese exceso que piensan que es el salvador de la Fiesta y que al aficionado de verdad, por ende, le cabrea.