Es difícil hacer una crónica cuando en el albero se juegan la vida tres mujeres. Saber lo que sufren, lo que estoy seguro que lloran por la falta de oportunidades, la rabia, la impotencia ha de ser terrible. Pero el toro no sabe eso, no conoce de géneros, así que por respeto a él, al rey de la fiesta, hay que decir la cosas sin pelos en la lengua, sin distinción de sexos, tal y como son, punto.
Las mujeres toreras han existido prácticamente desde que surgió la tauromaquia, está escrito que las primeras mujeres tuvieron que vestirse (disfrazarse de hombres) para poder "torear". Y así podemos nombrar un sin fin de toreras, desde "La Guerrita", "La Fragosa", hasta llegar a "La Pajuelera" (la torera más importante del siglo XVIII), "Las Noyas", "La Reverte". La única y gran "Juanita Cruz" y cientos más, hasta llegar a la actualidad.
Corrida nocturna en La México, cartel conformado por tres mujeres toreras, dos de ellas que confirmaron. Se anunciaron 3 toros de Vistahermosa y 3 de Marco Garfias. En el cartel, la ya veterana michoacana Hilda Tenorio, Paola San Román y la colombiana Rocío Morelli.
Por orden de antigüedad, comienzo con Hilda Tenorio. Mucho tendrá que pensar sobre lo que quiere, y que después de esta noche y con tantos años de recorrer un duro camino como el que ella ha vivido, quizás ya es el momento de dar un paso al costado. Con "Respeto" de Marco Garfias, ha estado realmente mal, desconfiada, con miedo, sin ideas, sin técnica, sin oficio. Un Hilda desconocida, lejos de aquélla menudita mujer que peleaba de tú a tú con lo que salía por toriles. Con la espada, un desastre, mala preparación, con una horrible ejecución. 4 pinchazos, media en mal sitio, 6 golpes de descabello y 2 avisos para retirarse entre pitos. Con "Mezquite" de la ganadería de Vistahermosa, esperaba a la Hilda picada en el orgullo. Ante un animal débil, pero que se le podía meter mano parecía una simple aspirante. Trató pero dando un muletazo regular, el siguiente malo, el siguiente enganchado. Sin poder plantar las zapatillas en en ruedo. Finalmente con la espada sucedió lo que el juez en su primero le perdonó, que el toro regresara vivo a los corrales. En este, después un pinchazo, media, otro pinchazo, otra media y 13 golpes de descabello, escuchó los tres avisos. Trató de justificarse en el micrófono, no Hilda, esa no eres tú.
Paola San Román confirmó con "Azafrán" de Vistahermosa. Se le vió con los nervios normales, pero con ganas de hacer bien las cosas. El toro nunca dejó de calamochear y eso ponía a Paola incómoda en el ruedo. Por el izquierdo, menos pudo Paola. Antes de culminar, pases por alto y un pinturero cambio de mano. Con la espada, mal, cuatro pinchazos, media que terminó por escupir el toro, tres golpes de descabello y dos avisos.
El quinto toro, sin duda, el mejor de la corrida, del hierro del arquitecto Marcos Garfias, No 15, con 495 kilos, de nombre "Defensor".
Desde que Paola lo toreó por delantales, el toro mostró una clara y brava embestida. En el caballo de Erick Morales empujó fuerte y con alegría. El inicio por alto de Paola a píes juntos y el cambio de mano fueron aplaudidos. Ella sabía que era el toro de la noche y no debía desaprovechar ni una sola embestida. Por el derecho el toro iba al primer toque, era fijo, y logró Paola una tanda larga de seis muletazos y el de pecho. La segunda tanda ya le costó a la torera porque el toro embestía con algo de poder. Bonito uno de pecho mirando al tendido. Logró nuevamente una tanda larga por el derecho que fue coreada. Terminó con manoletinas y un afarolado. Una pena que con la espada, nuevamente mal, después de un pinchazo sin soltar, mató de un sartenazo pulmonero a un toro que no merecía morir así. Arrastre lento al toro y una vuelta a Paola San Román acompañada por Roberto Garfias.
También confirmó la torera colombiana, Rocío Morelli. Con su primero, que se llamó "Tolerante" de la ganadería potosina de Marco Garfias, se fue sin pensarlo a los medios para recibirlo de rodillas con la larga cambiada, podría decir perfecta. César Morales sufrió un tumbo porque el novillo dió pelea. Venturita saludo en el tercio después de dejar en dos ocasiones las banderillas de buena forma. A ella se le vió con solvencia, con el problema de no despedir la última parte de muletazo, no giraba la muñeca y siempre la llevó a media altura, cuando el toro le pedía el toreo por bajo. Por el izquierdo lo mismo. Hubo un buen natural suelto. Se tiró a matar aprovechando que el toro sea arrancó, y cerrando los ojos, después de un ave maría, dejó media espada al encuentro. Una oreja, que no entiendo, a menos que como lo marca el reglamento, la petición fuera mayoritaria.
Cerró plaza Romero de la ganadería fundada por Don Jorge Barbachano. Un cardeno oscuro, bragado, que le impuso respeto a la torera colombiana. El picador Alejandro Martínez terminó en el callejón después de que Romero empujara fuerte contra las tablas al caballo. El resto, nada. Un trapazo aquí, otro por allá, y uno más allá. De una manera extraña presentaba la muleta muerta, pero no citaba. Con la espada, se puso a los topes con el toro. 4 pinchazos y tres caídas para finalmente tras un tremendo tope dejar una entera suficiente para que doblara el toro. Saludó en el tercio.
El público realizó una gran entrada, y hay que resaltarlo tomando en cuenta el día, la hora, y el cartel. Una noche de tres matadoras de toros, que aunque pasaportaron a sus toros, solo fueron toreras; toreadoras de toros.
