Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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'Recobero' se queda a medias de un buen Rafi
'Recobero' se queda a medias de un buen Rafi
'Recobero' se queda a medias de un buen Rafi
'Recobero' se queda a medias de un buen Rafi
'Recobero' se queda a medias de un buen Rafi
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'Recobero' se queda a medias de un buen Rafi
'Recobero' se queda a medias de un buen Rafi
'Recobero' se queda a medias de un buen Rafi
'Recobero' se queda a medias de un buen Rafi
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'Recobero' se queda a medias de un buen Rafi
'Recobero' se queda a medias de un buen Rafi
'Recobero' se queda a medias de un buen Rafi
CRÓNICA LEGANÉS | 1ª de feria

'Recobero' se queda a medias de un buen Rafi

Darío Juárez

Tres grados por debajo de los 30 marcaba el termómetro a los pies de la Cubierta. Los fines de semana de excesos y electrónica, hoy dormían bajo el manto de arena regada del ruedo de Leganés. La primavera isidril llegaba a esta localidad madrileña con una gran feria bajo el brazo tras la permisividad del aforo al 40% y las idas y venidas retrasando fechas debido a las restricciones sanitarias. Otra apuesta sólida de la empresa Tauroemoción y su evidente e incansable voluntad por dar toros. La afición de Madrid exige toros, porque Madrid necesita toros, y hoy se volvió a desplazar para presenciar el pistoletazo de salida de la feria de mayo leganense, que trajo debajo del brazo una decepcionante, nada fácil y estrepitosamente mal picada novillada de La Quinta, en la que destacó la bravura y profundidad de un gran 5º de nombre Recobero al que El Rafi entendió y toreó de categoría por el derecho. A Francisco Montero se le fue un primer novillo cambiante al que no supo entender -además de las notables carencias y las sobresalientes sobradas-, mientas Leandro dejaba patente sus buenas intenciones sin suerte con su par, en la segunda novillada con caballos que mataba.

El decepcionante juego ofrecido por utreros y novilleros dirigía a la novillada de La Quinta de esta tarde hacia el abismo del olvido. Hasta que salió el 5º: Recobero. El más bravo, entregado y toro de los seis, con el que el novillero francés, El Rafi, se gustó y supo lucirlo para que fuera éste quien, con su profundidad y acometida, le cantara lo bueno y lo malo de su toreo. Casualmente fue también al que mejor o menos mal se le picó, porque vaya tarde cárnica y denigrante de las cabalgaduras. Entre naturales por bajo y torerísmas trincherillas fue sacando al de La Quinta a los medios. Leganés parecía despertar, pues los olés de apertura, precedidos del ya tradicional “bieeeen”, resonaban en la cornisa de la media Cubierta. Las tandas por el derecho se sucedían largas, templadas y por abajo. La figura erguida y con empaque, el pulso con respuesta en la muñeca y los finales de cada serie rematados atrás y por debajo de la pala, mostraban la gran importancia del novillo que se comía los vuelos con mucho celo y profundidad. Tenía casta, respondía a los toques con premura, y el francés sabía que por el izquierdo debía de estar como mínimo a la altura que con el contrario. No fue así, pues le dudaba, le echaba la muleta hacia fuera y no quiso fajarse con él por ese pitón. Recobero ejercía de espejo para cantarle a El Rafi sus virtudes, que son muchas, y sus carencias, que también lo son. La espada se llevó una oreja bien aguantada por el palco, previa a la ovación cerrada en el arrastre para despedir al quinto de La Quinta. No fue así con un 2º muy serio también, con el que demostró la calidad de su capote a la verónica, dejando tres medias para terminar de merendar. El novillo se vino muy a menos tras el castigo, acortando el viaje y saliendo desentendido del engaño rojo.

Me sorprendió y de qué manera el silencio de expectación tan sevillano que cubrió Leganés, cuando Francisco Montero se dirigía, capote en mano, a la puerta de chiqueros a recibir al primero. De rodillas y con las manos juntas delante del pecho al estilo foto de comunión, se encomendaba a Dios —digo yo…—. Montero salía bien del trance ejecutando a la verónica el recibo ya en pie, donde Pregonero cantó en el primer encuentro con el capote su gran pitón derecho que el gaditano no supo —más que no quiso— ver. Esperpéntica manera la de Montero dándole todo por alto a un novillo que había peleado humillado en el caballo y que pedía mando desde que salió. Los toques, como si de un ex batería se tratara, descoordinaban la armonía del novillo al que le dejó a su aire sacándole para fuera con un destructivo y fatal final de muñecazo. Por el izquierdo no terminaba de pasar y cambió, claro, pero el utrero no volvió a ser el mismo. Darle voces al novillo intentando demostrar raza, brindar la muerte de un toro al público desde las tablas o irte a por la toalla antes de que caiga y muera el animal, no te hace mejor torero, sino todo lo contrario: te invita a dejar la profesión a tiempo, antes que una plaza o un toro importante te quite el sitio y el futuro que no tienes. De esa manera obró con el 4º al que, además de esto ya mencionado, le tuvo más miedo que la vergüenza que no demostró en toda la tarde. Ni que decir tiene la que dio —la vergüenza— el picador tauricida que le picó. 

Algo más de arrojo y ganas de querer hacer todo bien demostró el colombiano Leandro. La mala suerte del sorteo nos privaba de ver a un torero con muy buen aire y con tan solo una novillada a sus espaldas hasta la de hoy. Su toreo a la verónica, jugando con los vuelos con temple y tibieza, fue lo más destacado de su tarde a la que le faltó toda la materia prima. Tiene buen poso, sabe enganchar adelante los novillos, hunde las zapatillas y traga de lo lindo cuando se le cuelan. Denle tiempo…

 

  • Cubierta de Leganés. Un cuarto de entrada permitida. Se lidiaron seis novillos de La Quinta, correctamente presentados, en su mayoría descastados pero fuertes de remos, donde sólo destacó la profundidad y bravura del 5º, de nombre Recobero, y el efímero buen pitón derecho del 1º.
  • Francisco Montero (blanco y plata): silencio tras aviso en ambos.
  • El Rafi (verde hoja y oro): ovación con saludos y vuelta al ruedo.
  • Leandro (turquesa y oro): ovación con saludos en ambos.
  • Se desmonteró Morenito de Arles tras parear al 5º, y David Adalid y Rafael González tras la lidia y banderillas del 6º.

 

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