Hubiera sido curioso saber el número de veces que desde ayer se ha escrito, dicho u oído la palabra Fortes en todo el orbe taurino. No había otro nombre en la diana de esas conversaciones y tuits que se iban sucediendo desde primera hora de la mañana hasta llegar a la plaza para la duodécima del abono. Donde hoy sí volvieron los isidros a disfrutar de nuevo del pegapasismo por el triunfalismo y viceversa, llenando una Monumental que acudía atónita al rodaje de 'Resacón en Las Ventas', un film de Saúl Jiménez Fortes.
Qué duro tiene que ser para la empresa de Madrid, abocada al triunfalismo sistémico y endémico, saber que la exigencia de la plaza en lo que resta de feria va a ir en concordancia a lo que vieron este miércoles los ojos de los que se sientan en la piedra de marzo a octubre porque, nada más lejos de la realidad y visto lo visto, cien mil veces visto -como el cartelito de hoy-, nadie va a ser capaz de levantar la tarde de muchas tardes que Fortes, sin espada, dio ayer en Madrid. Sólo hay un torero que, ahora mismo, podría hacerlo. Pero para que eso le ocurra a uno de La Puebla en Madrid, no se tienen que alinear los planetas sino la Vía Láctea de pitón a rabo. Ojalá me equivoque.
Otra cosa que me hubiera encantado saber qué hubiera pasado si la corrida fea, además de mansa, desrazada y mala que ha traído hoy Alcurrucén, se la echan al Juli siendo poderdante de la casa, de igual manera que en este caso a Luque. Que cerraba hoy su San Isidro entre claroscuros con un medio toro coml fue el 3º que pasaba, sin fondo de casta alguno, aprovechando el sevillano ciertas inercias para abusar del pico de la muleta en ligazón. El 6º tuvo algo más de alegría embistiendo, pero Daniel encontró tarde o directamente no encontró las vueltas o la manera de gustarle a Madrid -cosa que de momento no ha ocurrido-, más después de lo de ayer y pese al intento de querer encajarse a final de faena, con una losa imposible de levantar llamado petardo de Alcurrucén.
Castella se fue de la plaza vendiendo el humo enfrascado sobrante de las fumatas recientes del cónclave papal, queriendo convencer a la parroquia de una mentira. Que terminó por definir lo insustancial que resultó una faena venida muy a menos desde el inicio eléctrico contra el viento y el sobrero de Zacarías Moreno (4º bis) en los medios, y una tanda con la derecha. Desordenado, alborotado y acelerado, el diestro francés oyó el aviso antes de irse a por la espada. Sartenazo en las vísceras y a vender la muerte a los medios para buscar la complacencia de quien fuera capaz de tragarse tal contrastada mentira. El inválido 1º, una buena raspa para una lata de anchoas, hizo que Sebastián abreviara ante la petición del 7.
El lote de Perera no valió y él tampoco dijo mucho más que pases, pases, pases y más pases de los que, como le pregunte por uno de ellos al mozo de espadas, lo más probable es que no se acuerde de ninguno. Como el resto de los que lo vimos.