La categoría de la plaza de toros de La Glorieta cada año desciende con facilidad ante la falta de educación taurina y el triunfalismo que impera en la fiesta actual. Lo que tendría que ser única y exclusivamente un premio para el toro por su condición y bravura se ha desvirtuado hasta el punto que tan solo se busca ensalzar y premiar al torero con unos máximos trofeos que no le pertenecen. Si bien supuestamente hay tanta afición joven en Salamanca cabe recordarles que el público, aparte de pedir el indulto, debe pedir los trofeos al matador, así como, que la vuelta al ruedo es un premio casi o más digno cuando un toro de verdad se ha ganado en el ruedo los honores de ser aclamado. ¡Ay Salamanca, qué pena das!
Emilio de Justo volvía a la arena salmantina tras una tarde en el ciclo pasado sin demasiada suerte con ganas de saldar las cuentas pendientes con los aficionados que abarrotaron más de tres cuartos de plaza. A «Pulserito - 97» lo tuvo que ir a buscar a las rayas del tercio del tendido 2 tras una tímida y mansa salida del de Garcigrande. Hondo, bajo y con trapío fue el burel que le correspondió al cacereño al que le enjaretó un ramillete de verónicas con cadencia que le permitió lucirse. Tras ser picado en el caballo de Germán González, que guardaba la puerta, comenzó a venirse arriba el astado con mayor casta y movilidad. El de Torrejoncillo estructuró un trasteo que costó que llegará a los tendidos en todo momento, logrando asentarse con mayor firmeza y comodidad al natural. Dejó detalles y pasajes sueltos más templados, pero no cuajó a su oponente faltando limpieza y acople en un trasteo un poco insulso. En los mismos medios enterró una estocada entera, pero la tardanza en caer del toro impacientó al público dejando el premio en una ovación.
Hizo alarde de su nombre el cuarto de la tarde, negro de capa, de nombre «Buenasuerte - 61» y con 563 kilos, como así titulaba la tablilla, obteniendo como premio un forzado indulto que desvirtuó todo lo cosechado durante la faena de Emilio. Con una larga cambiada recibió el cacereño a un bajo y armónico astado al que siguió toreando por delantales con la capa hasta los medios. Tras una buena lidia de su cuadrilla y tras brindar al público, comenzó en casi el centro del ruedo de rodillas con derechazos en redondo de mano baja, con poder y mando. Empezó a carburar el trasteo y a hervir la plaza con el burel de Alaraz que no cesó en embestir con recorrido, clase y nobleza. Un caramelito tuvo en sus telas el de Torrejoncillo que elaboró la mayoría del trasteo toreando por derecho al natural sin la ayuda con temple y encaje. Se dejó venir de largo a su oponente, ligando con profundidad e improvisación en tandas con suavidad y entrega, disfrutando de la embestida. Se arrebató en una imperfecta faena que puso boca abajo a La Glorieta con ambas manos. La tanda final al natural a pies juntos terminó por hacer que los pitos y las protestas en busca del indulto no cesarán hasta que finalmente tanto torero como público solo buscaban ese fin sin más miramientos. Se consiguió. El populismo y el triunfalismo ha invadido la fiesta de los toros olvidando que el indulto debe ser un premio para el toro, no para el torero. Dos orejas y rabo simbólicos para Emilio de Justo.
Desmonterado y con un terno azul cielo y plata de bella factura se presentó Juan Ortega en Salamanca para hacer su debut en el coso charro ante «Afrutado - 19». Se estiró pronto con el capote en unos genuflexos puros, encajados y con cadencia que causaron grata impresión a todos aquellos que estaban en los tendidos charros. Más fino y estrecho que su hermano anterior fue el segundo de Alaráz que hizo mala pelea en el caballo. Tras un quite por chicuelinas, brindó al público la faena que le permitió pasear su primer trofeo en tierras del Tormes. Con la muleta recogida comenzó pegado a las tablas del tendido ocho por ayudados con poder y dos remates torerísimos al ralentí que hicieron sonar los primeros olés rotundos. Aprovechando la nobleza del burel dibujó varias tandas en los medios al natural con temple, enroscándose y acompañando la embestida con la cadera y toreando con los vuelos con suavidad y sutileza. Con el toro a menos, se mantuvo dispuesto y entregado firmando muletazos por derecho con compás, girando sobre los talones y llevándolo metido con la panza de la muleta haciendo sonar a La Glorieta. Estocada entera y oreja como merecido premio.
Ante «Cocotero - 36» no pudo más que justificarse el sevillano en un trasteo que nunca llegó a conectar con los tendidos. No quedó nada en el tintero de Juan quien se mostró en todo momento dispuesto y confiado, pero la nula transmisión y sosez del animal le dificultó volver hacer resonar a la plaza salmantina. El inicio de muleta agarrado a las tablas con una mano en pasajes por alto fue lo más vistoso de una faena en la que solo se pudieron ver detalles de su concepto. Erró con la espada recogiendo una ovación cariñosa en una tarde de bienvenida en la que cuajó una buena imagen.
Cerraba Roca Rey un fin de semana particular lleno de épica y triunfo tras dos tardes de éxito en Valladolid y Albacete regresando a La Glorieta en donde abrió la puerta grande ante toros también de Garcigrande. En esta ocasión hizo su presentación en la tarde ante «Rarito - 7» que tuvo una tímida ovación de salida por tener unos kilos que no aparentaba y al que saludó con un variado recibo de verónicas y chicuelinas sin mucho eco. Se premió con una ovación a Sergio Molina en el caballo y después ejecutó un quite por chicuelinas ajustadas en los medios sin moverse un ápice. Apretó el toro en banderillas donde destacó Francisco Durán “Viruta” al que se le invitó a desmonterarse. En los bajos del tendido uno comenzó agarrado a las tablas por alto hasta salirse con el toro hasta la boca de riego para después estructurar un trasteo que no consiguió alzar vuelo en ningún momento. El pupilo de Justo Hernández era pronto, pero no transmitía nada y aunque cuajó tandas con profundidad y hondura, no consiguió conectar con los presentes. Sin terminar de acoplarse, lo mejor de la faena fueron los pases de pecho a la hombrera contraria. Estocada caída.
Con «Rebelde - 81» escuchó pitos en el final de faena el peruano tras un trasteo en el que no logró ni ajustarse ni acoplarse por ambas manos aburriendo al público presente. La cuadrilla demostró de nuevo su categoría en el tercio de banderillas con un par de Antonio Chacón extraordinario y una gran brega de Viruta. El inicio explosivo de hinojos en el tercio pasaportándolo largo y por la espalda con valor fue lo único reseñable del trasteo. Estocada trasera y silencio.
Ficha del festejo:
Plaza de toros de Salamanca. 3ª de abono de la Feria Virgen de la Vega. Tres cuartos de plaza en una tarde calurosa. Se lidiaron toros de Garcigrande; de desigual presentación, con movilidad y sosos en líneas generales. Destacó por su buena condición el cuarto, de nombre «Buenasuerte - 61» con repetición, recorrido, clase y humillación que obtuvo como premio un indulto excesivo.
Emilio de Justo (de grana y oro): ovación tras aviso y dos orejas y rabo simbólico.
Juan Ortega (de azul cielo y plata): oreja tras aviso y ovación tras aviso.
Andrés Roca Rey (de blanco y oro): palmas y silencio.