Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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'Una escombrera de Jandilla'
Foto: MP
Feria de Abril

'Una escombrera de Jandilla'

Ignacio Muruve | Sevilla

Traía la tarde un tufillo a reivindicación la mar de curioso, gateando tras la figura de Tomás Rufo, joven apadrinado por sabios de indiscutible calado en el toreo como son los Lozano y ausente del primer puerto de montaña como es Valencia. La de Jandilla, entipada y bella en corrales, hizo salivar al aficionado en los prolegómenos de un festejo marcado por las despedidas: Manzanares y Talavante iban a marcharse de Sevilla y tenían que lavar las impresiones dejadas en sus anteriores comparecencias. Uno por su nivel y el otro por su doble cara frente a la de Cuvillo. Lo que no sabíamos ni nos esperábamos era el fracaso ganadero. Se cortó la racha.

Al primero, de modélicas hechuras y extraordinaria expresión, le faltó transmisión en su dulce clase. Embestida de anodina pasada, de justísima emoción en el viaje. Manzanares quiso, pero a su manera. Siempre por el extrarradio de la muleta, con el pico marcando un camino que nos llevaba a tierra de nadie. Las series por la derecha, un querer y no poder. La ovación sirvió de consuelo. Al alicantino, por lo que sea, no se le pasó el rodillo desde el tendido…ni la escuadra y el cartabón. Para el cuarto, la endeblez de un animal sin un ápice de casta. Todo en rumbo del petardo estrepitoso.

Inédito Talavante con su lote, un doblete nefasto de animales sin vida o sin entrega, que también lo hubo. En el segundo capítulo, “Palangrero” marcó querencias desde los inicios. Se acordó pronto de dónde había salido el animal. También se lo guardó todo para él. Puro aburrimiento. Para el quinto, sumergida la tarde en un clima emocional propio del ártico, intentó justificarse Alejandro con otro de imposible lucimiento.

"Zacateca”, en su insuperable estampa, bajo y con la conformación de pitones idealizada desde siempre en esta plaza, fue bravo hasta los topes. Tanto, que en su querer arramblar con la muleta de Rufo, bajó su intensidad a primeras de cambio. Todo un dije de codicia en cada arrancada, el tercio de varas lo protagonizó de la mano de su piquero, que le dio jarabe de palo en una lección de épica. Barroso lo recogió en dos encuentros de verdad, casi cayendo de la cabalgadura y entrando el animal por derecho y con el morrillo enterrado en el peto. Siendo un toro de medios, Tomas Rufo optó el medio tercio. Las series, todas ellas con interrupciones, no tuvieron eco. Nos quedaremos con la duda. Rufo, por debajo. Ovación con saludos.

El festejo iba a terminar donde transcurrió prácticamente en su totalidad, en los bajos del seis. Rufo hizo con el sexto lo que debió hacer con el tercero, enseñárnoslo en los medios. Mandó a su gente a que quedara en el burladero del ocho y sin apenas probaturas, tiró de él hacia la boca de riego. Ahí, todo fueron molestias del viento y punteo del engaño. El clima glacial seguía e íbamos a morir congelados de emoción. Tarde para olvidar.

Ficha del festejo:

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. 11ª de abono. Lleno de “no hay billetes”. Toros de Jandilla: De gran presentacion y escaso fondo. Bravo el 3° pero sin despegar.

José María Manzanares: Ovación con saludos y silencio.

Alejandro Talavante: Silencio en su lote.

Tomás Rufo: Ovación con saludos y palmas de despedida.

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