Muy llamativo que haya sido este tercer encierro el más masificado en la calle hasta la fecha, y más teniendo en cuenta que el primero fue en domingo y día 7, tal vez por eso y porque ayer estaban los temidos Cebaditas, hoy la masificación venía por parte de gente dispuesta a correr y a pillar astas a toda costa. En consecuencia, muchas caídas, sustos y el ritmo más lento hasta la fecha. Vayamos al lío:

Puntualidad un día más, cohete al cielo y la cabestrada ha comenzado a abrir camino en una Cuesta de Santo Domingo en la que ya había gente por los suelos, no es la primera vez que se escuchan quejas de lo mucho que aguanta el cordón policía y de las consecuencias de esto.

Con todos los bueyes por delante por la izquierda y los bureles por detrás por la derecha han pasado por la hornacina, alguna miradita del burraco que iba el primero de los toros pero sin más, alguna carrera lateral, muchas carreras comiéndose bueyes, pero sobre todo mucha gente parada en las aceras viéndolos pasar.

Con la misma tónica han terminado de subir Santo Domingo, pasar por el Ayuntamiento y llegar a Mercaderes: bueyes por delante, carreritas laterales y alguna miradita del burraco. Nobleza, mucha nobleza. En la segunda parte de Mercaderes hemos visto buenas carreras por el lado izquierdo, cada día se ven mejores carreras en ese punto del recorrido.

Y con esas la torada llegaba a La Curva, donde después de ver ayer al mozo de la americana, hoy cuatro mozos se han quedado ahí parados. Incomprensible. Afortunadamente, los toros ni han rozado la pared y ni los han mirado.

Al llegar a Estafeta ha comenzado el caos, muchas caídas en el comienzo de la calle, tropiezos por la parte izquierda y montonera por la derecha. Demasiada gente que parece que ha comprado una entrada para ver el encierro desde los laterales de toda la calle. Insisto, hay que correr. A pesar de todo eso, delante de las astas hemos visto meritorias carreras, sensacionales para como estaba la calle y para como venía conformada la manada tras La Curva, no era fácil.

La torada se ha ido estirando según iba avanzando por Estafeta, se han ido abriendo huecos y ha empezado una auténtica batalla para conseguir el sitio delante de los toros. Pelea, mucha pelea. Caídas, muchas caídas. Carreras, también muchas carreras, meritorias todas, era una auténtica carrera de obstáculos, había que ir saltando mozos caídas y mientras aguantarle la respiración a los toros, mantener el sitio. Complicado, meritorio, mucho.

Y así hemos llegado a Telefónica, con una auténtica masificación. Carrerones, caídas, montoneras y libradas. Se han visto carrerones espectaculares de corredores habituales, hemos visto como varios corredores han librado de caer con maestría, hemos visto como uno de los mozos era arrollado por un toro y San Fermín le echaba un gran capotico, o capotazo, ha librado milagrosamente de la cornada. También hemos visto en la bajada como se ha ido formando un montón de gente considerable en la parte izquierda. Caos absoluto.

Preciosas entradas a la plaza, pero también un patas, un día más, ha terminado cayéndose de culo cuando le ha visto los rizos al toro que ha pasado por su lado, para su fortuna el morlaco ni lo ha mirado.

Mañana más, y esperemos que mejor.