Estamos acostumbrados a que figuras del toreo, matadores de toros y novilleros con picadores, lleven a la plaza a grupos de aficionados, -sobre todo jóvenes-, bien a través de concursos o bien mandando un simple correo electrónico. Algunos, incluso, se atreven a llevarles al campo. Pero creo que no ha habido precedente en esto (corríjanme si me equivoco). El novillero sin picadores catalán Abel Robles (de la Escuela Taurina de Sevilla), la semana pasada tuvo este precioso detalle, que comentó en su cuenta personal de Twitter:
“Hoy he querido que 22 niños catalanes me acompañaran a un tentadero y han podido ver de cerca lo que nuestros políticos les prohíben... Un día inolvidable para ellos pero sobre todo para mí. Qué bonito escucharles decir: ¡quiero ser torero! Y verles jugar al toro... ¡Precioso! Os dejo una foto de este día. Imposible acabar con la afición en Catalunya...”
No debería de llamarnos la atención esta manera de acercar a los niños al mundo del toro, pero si lo hace es precisamente porque en esa zona están privados, o mejor dicho, han sido privados de ello. Desde porelpitonderecho.com queremos dar nuestra más rotunda enhorabuena a Abel Robles por esta sensacional idea. Así, sí.