Por el piton derecho
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Aguado, toreo caro por caridad
Crónica Sevilla | Festival del Día de la Hispanidad

Aguado, toreo caro por caridad

Ignacio Muruve

El 12 de octubre en Sevilla es sinónimo de alegrías, aunque la tristeza por no poder ver al bellezón maestrante hasta dentro de otros tantos meses surja irremediablemente de lo más profundo del alma. El señor, que era el que le daba sentido al festejo, dispuso lo que merecía la tarde: un sol espléndido y maravilloso. Qué cartelazo. Qué ambientazo. Diego Urdiales, espléndidamente vestido de torero -zahones incluidos- bregó con un voluminoso animal de Espartaco que pecó de falta de fuerzas. Pese a la insistencia y al buen trato del riojano aquello quedó en trasteo de detalles.

Bien Manzanares con el interesante segundo de Daniel Ruiz. Centrado y sabiendo extraer lo que tenía dentro su oponente. Varios naturales hicieron crujir al gentío. Hubo más empuje y boyantía que clase, lo que hizo que la temperatura subiera y aquello tomara altos vuelos. Antes, con el capote imprimió temple jugando con la cintura en un saludo a la verónica muy reunido. Tras el pinchazo se le concedió un justo trofeo.

El comienzo genuflexo de Luque -pleno en profundidad y belleza- fue un preludio que se quedó que nada. El colorao de Victoriano del Río mostró su aire manso en los capotes y los viajes en el tercio de banderillas y así lo confirmó en la zocata del sevillano. Una tanda y se rindió el animal. Aún así, el momento de Daniel se sigue palpando por muy poco que haga. Ovación con saludos.

Juan Ortega se mostró afanoso con un pésimo animal de Garcigrande. Ni detalles pudo dejar.

Lo de Aguado en el quinto se cuenta con las cinco letras de una palabra que todo el mundo entiende: toreo. Lo vio desde que metió la cara en el primer capotazo de salida. Ahí ya sabíamos todos que podíamos ver jaleo. Y así sucedió. La suavidad en el trato, la naturalidad, el recuerdo a Manolo Vázquez -que se retiró en esta marcada fecha y en esta plaza- a pies juntos. Todo. Hubo naturales de una profundidad tremenda en los que el animal acariciaba con el hocico la franela del torero.

Diego Bastos se inventó el trofeo que se le concedió cuando lloraban los clarines de la despedida. Se fajó con él y acabó metiéndolo en el canasto.

A Marco Pérez lo descubrió el mundo hoy después de tantas apariciones por las redes sociales. No es que tenga cosas de niño prodigio, es que tiene cosas de matador de toros con ferias a las espaldas. Le armó un alboroto increíble al añojito de Jandilla toreando por derecho y fuera de efectismos, pasándoselo por faja en todo momento. Podrá decir que ha cortado un rabo en Sevilla.

 

  • Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Festival a favor de la bolsa de caridad de la Hermandad del Gran Poder. Lleno de 'No hay billetes' en tarde espléndida. Reses de Espartaco, noble pero parado; Daniel Ruiz, encastado y repetidor; Victoriano del Río, manso; Garcigrande, parado; Talavante, enclasado y con ritmo; Núñez de Tarifa, parado y Jandilla, encastado.
  • Diego Urdiales: ovación con saludos.
  • José María Manzanares: oreja.
  • Daniel Luque: ovación con saludos.
  • Juan Ortega: ovación con saludos.
  • Pablo Aguado: dos orejas.
  • Diego Bastos: oreja.
  • Marco Pérez: dos orejas y rabo.
 

Se desmonteró Alberto Zayas en el tercero. es

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