Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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Álvaro Lorenzo, herido y torero al natural
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Álvaro Lorenzo, herido y torero al natural
Álvaro Lorenzo, herido y torero al natural
CRNICA MADRID | 1 de la Feria de San Isidro

Álvaro Lorenzo, herido y torero al natural

Darío Juárez

Una cargante incertidumbre sobrevolaba la Monumental de Las Ventas el primer día de feria. A la primera de San Isidro llegaban los ecos de la deriva triunfalista de la Feria de Abril de Sevilla. Y allí parecía estar Madrid para decir basta. Prontos en varas y engaños se mostraron los zambombos y acucharados montalvos que inauguraron el serial madrileño, con sobrante movilidad pero carentes de clase, raza y entrega en el último tercio, a excepción del pitón izquierdo de 5º y 6º. Ese último acabó hiriendo a un Álvaro Lorenzo que firmaría al natural el mejor epílogo para una tarde de Puerta Grande (una y una) que desaprovechó López Simón y su toreo mudo, asfixiante y ortopédico de treinta muletazos por toro; mientras, Luque pasearía una merecida vuelta al ruedo después de sujetar en los medios al manso buey que hizo 4º, tras la negativa del nuevo usía, Ignacio Sanjuan, al declinar una petición más decibélica que de pañuelos.

El riguroso listón que había puesto el palco media hora antes lo acabó tirando por tierra concediéndole la orejita del sexto a Álvaro Lorenzo, con una petición mucho menor a la de la no oreja de Luque. El toro traía del capote la firme intención de venir definido, pero la nefasta lidia de los peones tiraba por tierra tales augurios que, finalmente, acabaron por salir en cuanto el toledano se echó la muleta a la mano izquierda y se puso a torear. No le había dado cuatro echándole los vuelos al hocico, cuando el toro ya le tenía casi en los lomos después de cogerle por el bajo glúteo derecho, pegando al recto, tras el de pecho. La conmoción se hizo patente en Lorenzo, quien ensimismado se sujetaba en el hombro de Luque hasta recobrar la nitidez de la vista, aunque sin un solo gesto de dolor. Volvió a la cara como el montalvo le había echado: impávido, templado y colmado de serenidad. Frente a él volvió a dibujar naturales de amplia belleza y cara factura. Por el derecho era otro toro y Álvaro por allí anduvo como pudo. Como con el brutote y encastado 3º, al que no terminó de corregir las carencias de clase en ese cabeceo intermitente pero impertinente con el que embestía.

Daniel Luque traía a Madrid el peso del triunfo de Sevilla en la boca y en ese gusto con los engaños con el que trasteó al inválido 1º, que traía 566 kilos de peso y casi de pecho, y la fijeza como moneda de cambio. No la fuerza, que se la dejó en el peto de Juan de Dios Quinta arrancándose de largo en el segundo encuentro después de descabalgarlo en el primero. Luque lo sobó con buen son en la media altura desde el inicio, pero el de Montalvo perdía y volvía a perder las manos con reincidencia. Con más oficio que composición se pudo mostrar con el mansote 4º, al que supo sujetar en los medios tras abrirle los caminos por bajo, para robarle series de loable ligazón pero sin apretarse en demasía con él en la corta distancia. Correcto, entendiendo la necesidad del buey y paseando una vuelta al ruedo tras una gran estocada.

Con cerca de medio centenar de muletazos se montó en la furgoneta López Simón, de los cuales no creo que rescate ni tan siquiera uno para colgar de la pared del salón de casa. No quiso cambiar el palco a ese 2º que adolecía de fuerza en los primeros tercios para acabar embistiendo con potabilidad en la muleta, sin grandes estridencias y al que el palcó se negó a cambiar cuando salió del peto dejándose las manos en repetidas ocasiones. Alberto, apático y desconectado, sólo imprimía copias exactas que no llegaban a los tendidos. Porque lo que llegaba era la movilidad de ese lote que echó a perder y que le regaló veinticinco embestidas buenas entre ambos toros. Sobre todo las diez por el izquierdo del 5º al que asfixió y nada dijo con él.

 

  • Monumental de Las Ventas. 1ª de la Feria de San Isidro. Más de ¾ de entrada en tarde apacible. Se lidiaron 6 toros de Montalvo, desiguales pero serios, bastitos, con sus caras; faltos de raza y clase. Destacó el buen pitón izquierdo de 5º y 6º.
  • Daniel Luque (azul azafata y oro) silencio y vuelta al ruedo tras petición.
  • López Simón (fucsia y oro) ovación con saludos tras aviso y leves palmas tras aviso.
  • Álvaro Lorenzo (pizarra y oro) silencio y oreja tras aviso.
  • Se guardó un minuto de silencio por todos aquellos abonados de la plaza de Las Ventas víctimas del Covid.

PARTE MÉDICO ÁLVARO LORENZOAl finalizar lidia del sexto toro, ha ingresado en la enfermería el matador Álvaro Lorenzo Gutiérrez. Herida por asta de toro en 1/3 superior cara posterior muslo derecho, con una trayectoria ascendente de 15 cm que alcanza el pubis. Es intervenido quirúrgicamente en la Enfermería de la Plaza de Toros. Se traslada a la clínica la Fraternidad. Pronóstico reservado.

 

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