La gran final del Circuito de novilladas de Castilla y León se disputó en la localidad de Herrera de Pisuerga con un ambiente más que envidiable en unos tendidos que abarrotaron más de la mitad de la bonita plaza de toros palentina. El arrojo y valor de Julio Norte le permitieron alzarse con el triunfo de una pareja final tras una tarde de mucho oficio y seguridad. El concepto de Ruiz de Velasco quedó grabado en la retina de los aficionados como una esperanza de futuro al que seguir la pista; y Salvador Herrero se topó con una tarde complicada en la que se mostró digno.
De buenas hechuras saltó «Palomito - 55», un animal castaño con presencia al que saludó Julio Norte con una larga cambiada y por doblones a la verónica con mucho empaque y temple. Tras un puyazo medido de Alberto Sandoval a un burel escaso de fuerzas, destacaron Rubén Blázquez y Javier Gómez Pascual con las banderillas. Con firmeza y aplomo comenzó de hinojos pegado a tablas en pasajes por alto que le hicieron ganarse a los tendidos con prontitud. El de Palla no tuvo motor suficiente para lucirse, lo que suplió el charro con inteligencia y seguridad en tandas a media altura sin bajarle la mano, metiéndose entre pitones y firmando circulares y derechazos con oficio. Las manoletinas finales previas a una estocada entera le hicieron pasear el primer trofeo de la tarde.
Nuevamente saludó con una larga cambiada a «Brincador - 23» al que le enjaretó un par de verónicas templadas con gusto. La mala suerte se cebó con el pupilo de Domingo López Chaves con otro astado sin fuerza e inválido que tuvo que ser devuelto. El cuarto bis salió sembrando caos y pánico en los primeros tercios de la lidia tras romper varias tablas del callejón. El joven salmantino lo recibió en un saludo variado con personalidad que le permitió lucirse y conectar rápidamente con los tendidos. La conexión entre su trasteo y el público fue una de las señas que no perdió la faena logrando mantener la plaza como una olla en ebullición. De nuevo volvió a demostrar un oficio y una seguridad impropia de quien apenas lleva unos meses en el circuito con caballos, pero su poder y valor quedaron registrados en la arena palentina en varias tandas de mano baja. Por ponerle un pero, le faltó ajustarse en su mayor medida, pero supo suplirlo con unas virtudes innatas de arrojo. Estocada trasera, golpe de verduguillo y dos orejas con la plaza como un clamor.
Más bajo y fino que el primer astado salió por toriles «Frívolo - 54» ante el que no terminó de acoplarse el charro Salvador Herrero. El de Campos de Ledesma sacó casta y algo de genio con un cabeceo incómodo en las telas del salmantino que no consiguió entenderse ni mostrarse agusto con la teclosa embestida de su oponente. Faltó limpieza y ajuste, probablemente le pudo la presión de la final por su falta de experiencia y el inicio en los medios de rodillas sin poder ni mando no fue el más adecuado, pero buscó en todo momento suplir sus carencias con mucha disposición y actitud. Resultó cogido sin consecuencias antes de entrar a matar y se atascó con los aceros.
Ante «Jacheador - 16» sí pudo mostrar sus capacidades con el capote en un recibo variado. Comenzó con la franela de manera templada, más asentado y suelto por alto ante un astado que no le ayudó en nada. No tuvo suerte, pero se mostró con actitud dejando algún muletazo suelto de mejor trazo. Alargó en exceso el trasteo volviendo a errar con la espada. Se llevó una cariñosa ovación del respetable.
La faena al tercero de la tarde reunió un concepto lleno de pureza y torería que demostró Ruiz de Velasco ante «Relamido - 41», un astado armónico y de buena presencia. Tras recibirlo de hinojos con el capote le dibujó varias verónicas con cadencia y un quite por chicuelinas con mucho gusto. Con las telas inició de manera inteligente hacia los medios en pasajes por alto con templanza para así poder estructurar una completa labor en la que aprovechó la calidad, nobleza y recorrido de la embestida del de Gusende Moscosa. Por derecho acompañó con el cuerpo el trazo del muletazo con pureza, pero fue al natural por donde llegaron los momentos más sutiles echándole la muleta por delante y llevándolo toreado con los vuelos hasta el final. El burgalés logró de uno en uno naturales acoplados bajándole la mano con profundidad que levantaron los oles a la par que se encajaba y se mostraba firme. Perdió en el primer pinchazo el doble trofeo enterrando después una estocada entera que le hizo pasear una oreja.
Incierto, desclasado y de poca presencia resultó «Mafioso - 38» que puso fin a un nuevo Circuito de CyL. El concepto de Eduardo brilla por su gusto, empaque y pureza, pero en este burel apenas pudo demostrar esas virtudes de las que ha ido dejando pinceladas y que hacen tenerle esperanza a su futuro. Se impuso a la embestida, compuso la figura y buscó siempre embeberlo en las telas con ambas manos, pero el de Antonio Palla bajó pronto la persiana dificultandole llegar al tendido. Nuevamente enterró el estoque en el segundo intento.
Ficha del festejo:
Plaza de toros de Herrera de Pisuerga (Palencia). Gran final del Circuito de CyL. Más de media plaza. Se lidiaron seis novillos de Antonio Palla; de desigual presentación y variado juego.
Julio Norte (de azul celeste y oro): Oreja y dos orejas.
Salvador Herrero (de tabaco y oro): Ovación tras aviso y ovación tras aviso.
Ruiz de Velasco (de verde manzana y oro): Oreja y vuelta tras aviso.