Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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Brigadier o la verdadera tormenta de la bravura
Foto: Plaza1
Crónica 5ª de la feria de san isidro

Brigadier o la verdadera tormenta de la bravura

Darío Juárez | Madrid

Justo cuando Raúl Ruiz se encaminaba hacia los medios para colocarse y colocar el tercer par al 2º encastadito y reponedor de Pedraza con el que Fonseca no se acopló, arrancó a llover con ganas por primera vez en la feria. Una tormenta eléctrica se cernía sobre la Monumental con una boina de nubes negras y la intermitente presencia del relámpago, los cuales no impidieron acabar saliendo de la plaza con una sonrisa de oreja a oreja. Pues sobre la bocina, apareció la bravura.

A Isaac le quedaba una bala en este San Isidro, un torazo de 667 kilos de pitón a rabo de nombre Brigadier, que se encontró con el capote del mexicano y se enamoró de sus vuelos. Y Fonseca y el resto de la plaza de esa humillación sostenida, entregada y templada a un tiempo. La embestida del colorado que ha vuelto a elevar el nombre de esta casa ganadera tenía todo lo que le puedes pedir a un toro bravo: fijeza, codicia, humillación, clase y casta. Sin embargo, Brigadier también poseía nobleza, demostrándoselo al mexicano cuando al salir de la errada suerte suprema en la que se cortó en el rostro con un arpón y cayó al suelo no hizo por él, además de no hacerle un solo feo en toda la faena. A Fonseca le honra haber lucido a ese toro. Ponerlo en los medios después de un segundo puyazo muy mal señalado, para que Borja Lorente, acto seguido, enmendara su error con un tercero en la yema viendo al de Pedraza acudir a su encuentro con un galope de riñones con música, vibrante, absolutamente emocionante. Quiso Juan Carlos Rey enseñarle a poner banderillas a Colombo, cuadrando en la cara tras la arrancada y siendo obligado a saludar.

La estampa de Brigadier se mofaba del relato de los kilos y su riña con la bravura, preparado de nuevo para embestir a la muleta presta de un Fonseca que se la presentó de hinojos y tras el de pecho encendía el horno de Alcalá 237. El toro se rebosaba percutiendo la arena con el hocico, desde el embroque hasta el final de los bajísimos muletazos de Isaac; luciéndolo en el caballo para después apretarlo en la muleta. Y así en tres series cortas y templadas empujando al toro con entrega, con el lomo del animal a la altura de la frente del mexicano. La llave del triunfo gordo estaba en la tanda con la izquierda, pero el toro le hacía un pelín de hilo y a Fonseca le confundió. ¡Vuelve a la derecha! Le gritaban desde el callejón. E Isaac obedeció y sumó una última tanda de idéntica exigencia que las primeras. Abrochó por muletazos por bajo antes de pinchar y dejar una estocada desprendida con el toro a centímetros de las tablas. Oreja y vuelta al ruedo para el toro respetable pero discutible. Honor a la verdadera bravura, la única que aparece en los tres tercios.

Cuando el manso encastado de Pedraza se le vino al pecho por el izquierdo a Gómez Escorial, Román lo vio, pero antes también había visto en los capotes que era el mejor pitón. Y no le dudó, ganándole el paso, frenando la huída, buscando la cara, apostando por abajo. Faena importante de un torero al que le pone la batalla. Pues no se acopló o el tiempo no le favoreció, pero con el venido a menos 4º no logró decir nada desde que sonó el cambio de tercio.

Colombo es ese torero obrero, que actúa ordenado pero mudo, como si en su cabeza tuviera que ir fichando en su paso por la lidia, hasta llegar a la muerte que es lo que mejor se le da. Cosa buena. Pero los palos a toro pasado y su alta carencia técnica y artística, en Madrid, no. Pues así en ambos toros desaprovechados que, en otras manos, podrían haber dicho mucho más. Todavía se quiso dar una vuelta al ruedo por su cuenta tras el puñetazo al 2º.

Ficha del festejo:

Monumental de Las Ventas. 5ª de la Feria de San Isidro. Más de 3/4 de entrada, en tarde lluviosa y fresca. Se lidiaron 6 toros de Pedraza de Yeltes; muy bien presentados, alguno más fino dentro de su tipo, otros bastos y con kilos como el bravo 6º, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.

Román, de azul Soraya y oro: vuelta al ruedo tras aviso y silencio tras aviso.

Colombo, de corinto y oro: vuelta al ruedo tras aviso y en silencio.

Isaac Fonseca, de azul azafata y oro: silencio y oreja.

* Se desmonteraron Juan Carlos Rey y Jesús Robledo Tito tras parear al 6º.

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