Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
Volver
El mérito de lo infumable
El mérito de lo infumable
El mérito de lo infumable
El mérito de lo infumable
El mérito de lo infumable
El mérito de lo infumable
El mérito de lo infumable
El mérito de lo infumable
El mérito de lo infumable
Crónica Madrid | 17ª de la Feria de San Isidro

El mérito de lo infumable

Darío Juárez

La decimoséptima del abono isidril traía las vísperas de una nueva semana de figuras que comenzará mañana, con una infumable mansada de Valdefresno. Corrida seria en su conjunto, pero huidiza, abanta y sin un hálito de entrega ni de casta por ningún sitio. Luque y Garrido, el sitio y las ganas, fueron los únicos capaces de poner un poco de luz entre tanto escombro ganadero. Juanito, confirmante de alternativa en la tarde de hoy, no supo meter mano al lote más boyante como fueron 1° y 6°, errando en las distancias y en la confección de ambas faenas, sumado al hándicap principal como fue ese incesante viento que no dejó de atizar en toda la tarde. Parece que Plaza 1 no se cansa de repetir año tras año a esta vacada ganadera, que hace de todo menos embestir. Pero la siguen llamando... Sin duda, el mérito de lo infumable.

Daniel Luque cumplimentaba su tercer y último paseíllo en esta Feria de San Isidro, sorteando en 2° lugar un toro frío, descastado y muy peligroso, con el que se la jugó sin necesidad, intentando limar la aspereza de los hachazos del manso y ese hacer hilo por dentro que tanto inquietó a los tendidos menos a su matador. El 4° parecía llevar en el remolque de leña que portaba su encornadura el mismo sino que su compañero de lote, solo que con este Luque sí puedo irle haciendo al mando de su muleta con paciencia y pisando un sitio para elegidos, a base de tragar y consentirle mucho a ese rajadito que parecía inocente pero no regaló nada.

En tardes así, si algo se puede agradecer son las ganas de los coletas para intentar dar la vuelta al plato de una tarde plomiza y castigada al olvido. Y de ello quiso dar muestra con prontitud José Garrido porfiando con el manso 3°que relanceó en varas por dos veces y empezó a hacer suyo el terreno de tablas apretando a los peones, destacando la entrega y la verdad en el cuarteo del tercer par de José Chacón. Antes, el cielo parecía abrirse de gusto con esas tres chicuelinas de mano que le robó a la salida del jaco. La muleta parecía la bandera de la plaza de Colón ondeando a todo tren, mientras el extremeño mascaba la paciencia sin citarlo con la desconfianza de una arrancada a traición. Por el derecho, el toro y Eolo hacían imposible un trasteo gobernable que sólo pudo aprovechar en una tanda por el pitón zocato, ganándole un pasito y tirando del toro al natural. Las manoletinas lo calentaron más y se tiró a matar sin salirse del todo de la suerte. El toro empezó a hacer por él, haciéndole hilo desde el burladero de capotes hasta los tendidos de sol, teniendo el matador que buscar el olivo. Y allí murió. Y la oreja se pidió, pero la vuelta al ruedo bastó. El 5°, por su parte, sería otro manso deslucido, sin clase ninguna y con el que se agradeció la premura para quitárselo de en medio.

Señor papelón el de un torero como Juanito, con tan poco bagaje, con un encierro así, en Madrid y en el día de su confirmación. Dicho esto, al lusitano le cayó la bolita más boyante del sorteo, con un primer toro bajo, comodito y acucharado, el cual se enceló en el peto en la primera entrada al caballo durante minuto y medio. Sin ser nada del otro mundo, el toro cogió el capote del peón de brega haciendo una rotonda larga por el derecho, cuando lo fue a cerrar en el burladero de entre el 10 y el 1. Pero Juanito, tras la ceremonia de confirmación, se echó la muleta a la izquierda y le empezó a apretar en las rayas, con las tablas a la espalda del toro. El de Valdefresno no era nadie, porque quería respirar y lo estaban asfixiando. Tarde vio ese pitón diestro donde le acabó regalando una tanda sobre la campana. El sainete con aceros y engaños con el burraquito 6° no pasó de ser un mal recuerdo.

 

  • Monumental de Las Ventas. 17ª de la Feria de San Isidro. Media entrada larga en tarde de mucho viento. Se lidiaron seis toros de Valdefresno, serios y con sus diferentes caras; mansos, descastados y alguno muy peligroso como fue el 2°. El lote más boyante fueron 1° y 6°.
  • Daniel Luque (corinto y oro): silencio y ovación con saludos.
  • José Garrido (aguamarina y azabache): vuelta al ruedo tras petición y tras aviso y silencio.
  • Juanito (lila y oro): silencio y silencio tras dos avisos.

 

Sigueme en Twitter Sígueme en Twitter @dariojuarezc
Comparte y comenta esta noticia: