Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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'Generoso Román; hipotérmico San Román'
Foto: Plaza 1
Crónica 15ª de san isidro

'Generoso Román; hipotérmico San Román'

Darío Juárez | Madrid

No parecían ni primas las dos corridas con las que Ricardo Gallardo se ha presentado en San Isidro. La de hoy portaba su cuajo y su leña a cuestas, con esa estampa voluminosa pero musculada que se astisbaba en los corrales por la mañana. Un encierro galopón pero venido a menos, mal picado y que no rompió en bravo hasta el 5º, con ese gran Comisario al que lució Román en la distancia larga para deleite del soberano, pero con el que no pudo y al que terminó cortando una generosísima oreja. Diego San Román confirmó con la sentencia de su valor entregándole la vida al violento 6º en bandeja dé plata, mientras Curro Díaz pecó con el peor lote.

Segundo y último paseillo para Román en este San Isidro, tras la buena sensación pautada con aquel manso 1º de Pedraza al que supo sujetar y buscar la cara. Suerte caprichosa la de su haber en la tarde de hoy, sorteando por delante un animal sin picar, con un galope pronto al que esperó en los medios con la muleta por delante el valenciano. El de Gallardo y Román se encontraban en un pulso quebrado por el punteo del toro en el mismo embroque, desluciendo el resto del muletazo. Lo hacía mejor por el izquierdo, en corto, pero Román no pudo limar la aspereza sin limpieza de ese echar la cara arriba constante pese a bajarle la mano todo lo que podía.

La última bala de su feria fue la más importante, otro toro de nota en la feria, el único de la tarde de Fuente Ymbro que ofreció el juego que normalmente se espera de esta ganadería. Un toro sin picar al que Román lució de largo hasta en cinco tandas, incluyendo una con la izquierda, mostrando esa repetición acometedora y vertiginosa del de Gallardo, queriéndose comer la muleta como un tejón. Un trasteo que rompió en corto y por el derecho, con el matador valenciano arrastrando media muleta, hasta que en un parón lo vio y lo levantó por la corva sin herirlo. Una obra intermitente ante un toro de triunfo gordo rematada con unas bernadinas a distancia, también, y desacertada además con la espada. Pese a ello, cayó una oreja que no se entiende.

Con mucha dignidad trasteó y se quitó del medio, literalmente pegado a tablas, al manso 1º con el que Diego San Román confirmó su alternativa en Madrid. El 6º, una prenda tenebrosa y terriblemente mal picada por el varilarguero que se trajo de México, le quiso subir a la bandera. Buscando el pecho del queretano por el derecho, Diego no rehuyó la pelea. Se la echó a la izquierda y la libró, ligando naturales ofreciendo la femoral con una verdad pasmosa, impávida, hipotérmica. El toro, naturalmente, era menos malo por ese pitón. Porque nunca fue bueno por ninguno. Y San Román se fue de Madrid dejando una huella profunda de volverle a ver.

La tarde de Curro Díaz, la única de la feria, bien se pudo resumir en el recibo a la verónica al 2º, de bajísimas y cadenciosas manos, y el trincherazo a ese mismo animal sin casta que le ganó la carrera por apagarse a una cerilla. Con el 4º, entablerado y soso, tampoco dijo nada.

Ficha del festejo:

Monumental de Las Ventas. 15ª de la Feria de San Isidro. Casi lleno. Se lidiaron 6 toros de Fuente Ymbro, muy bien presentados; descastados, mansos y sosos, bueno el 5º y con peligro sordo el 6º.

Curro Díaz, de rosa y oro: silencio en ambos.

Román, de corinto y oro: silencio tras aviso y oreja.

Diego San Román, de Chenel y oro: ovación con saludos tras aviso en ambos.

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