Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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Ginés Marín, torería sin techo
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Ginés Marín, torería sin techo
CRÓNICA LEGANÉS | 2ª de feria

Ginés Marín, torería sin techo

Darío Juárez

A Javier Cortés, como le ocurría a Sabina, también le sobraban los motivos, pero para volver a vestirse de torero. Jamás para decir "con Dios". Y es que, tras veinte meses en el dique seco apartado de los ruedos, a consecuencia de la cornada en el ojo derecho sufrida el 15 de septiembre de 2019 en Las Ventas por un toro del Marqués de Albaserrada, hoy volvía a enfundarse el mismo terno de aquella tarde, en La Cubierta de Leganés. Un año y ocho meses de incertidumbres, muchas jindamas pero, sobre todo, de fervorosas ilusiones novilleriles que se encontraron con su contemplativo yo interior para mantener siempre viva la llama de la ilusión ante tal gélido y espinoso trance. Su suerte hoy corrió mejor sino, aunque este fuera una quimera para el triunfo ante la imposibilidad de su lote. La tarde se la llevó la soberbia torería sin techo de Ginés Marín cortando tres orejas; a Román se le fue el gran 5º de El Parralejo al que, como al 6º, se le privó de un demandado segundo encuentro con el caballo.

Si algo dejó claro Ginés Marín como novillero es que tenía el toreo en la cabeza. Faltaba pulirlo con la fragua del tiempo. Fragua que, tras la tarde de Madrid de 2017 con Barberillo de Alcurrucén, no ha dejado de dar motivos para creer en un futuro próximo y sin ningún techo lleno de gloria para este joven matador. Hoy, en la tarde reservada para Cortés, se coló Ginés, y de qué manera (...) Pese a la mala costumbre de no querer picar a los toros, Marín es como Mahoma: si la montaña no le viene, ya va él. La montaña fue ese 3º castaño, alto de cruz y acodado de pitones que se emplazó de salida y recogió en los medios con verónicas de compás abierto. Tras el trámite del picotazo, el terremoto: el quite por Chicuelo y una oda a la torería con el remate de una escandalosa tafallera atricherada, con medio capote en el piso y el fajín peinando el número. Qué delirio de antesala para lo que vendría a continuación. De hinojos se postró sobre las rayas del 1 para iniciar la faena con un trincherazo categórico que prologaba el toreo en redondo sobre la baldosa y el de pecho del mismo modo. Leganés resucitaba los decibelios de sus noches de desenfreno, pues se vaticinaba faena de cante grande, como así fue. Inventada, por cierto.

Marín esperaba erguido, sin prisa, pues sabía que fijar al de El Parralejo no sería tarea fácil. En redondo lo empezó a meter en el canasto con quietud, sobriedad y un sensacional remate de muñeca detrás de la cadera en las dos primeras tandas regaladas por el derecho. El toreo al natural en pura efervescencia se impregnaba de hondura. Los cambios de manos eran eternos, la burla al toro con el pase de las flores de frente e invertido, la arrucina que pudo ser y no fue, o el final por bernadinas, previo a la estocada, símbolos de la rendición de Leganés. Que, tras lo vivido en ese momento con el triunfo de las dos orejas, sacaron al público -que no al aficionado- de la corrida hasta el 6º. Otro al que cortó otra oreja en otra larga faena. Cuánto ganaría si tuviera mejor sentido de la medida de las mismas, dejando un poquito para otro día cuando la olla está en pleno bufido. Al toro escoba de la tarde le faltó un segundo puyazo. Dato que no fue óbice para el desarrollo de una faena de más a menos, empezada por mandones doblones sobre las dos rayas, seguida de dos tandas por el derecho, y terminada con torerísmos remates en los que se dio cita uno de pecho de hombro a hombro que terminará mañana cuando empiecen los recortes. El Gobierno no sé, pero hoy Ginés cesó el estado de alarma y puso el de vigilia a su toreo en Leganés.

Javier Cortés es uno de los héroes goyescos del 2 de mayo. Su aplomo, pureza y verdad con un toro de Joselito, de La Reina, le puso en el camino del toro. Y el toro a su vez en su camino, ya que le mandó al hule con un tabaco de 20 centímetros, cortando oreja y media -o más de media Puerta Grande abierta-, y demostrando a lo que había venido al toreo. Hoy Leganés, como no podía ser de otra manera, le sacó a saludar antes de recibir al 1°. Este fue un toro fuerte y apretado de carnes, romo recto, que enseñaba ligeramente las puntas, al que saludó a portagayola. Al animal le costó definirse hasta el final de faena, pues su tendencia siempre fue de tardito, muy mirón, agarrado al piso y queriendo poco o nada por abajo. El matador de Getafe, impávido y sin premura, se lo hizo todo con mimo, de a uno, y echando siempre los vuelos de la muleta metido entre pitones. Estocada muy caída. Siguiendo la estela de su infortunio en el sorteo matutino, con el 4º tampoco pudo sacar nada en claro. Tenía cierta descoordinación en los andares y Cortés, al que ya se le había colado dos veces, no pudo más que echárselo hacia fuera llevando aquello cuanto más lejos mejor.

Para lástima la de Román con el mejor toro de la tarde: el 5º, el más bravo, el más defensivo por delante y a otro que nos privó de ver el matador una segunda vez debajo del peto. Con él se destocó Lipi tras dos grandes pares de rehiletes. En las tablas de la sombra, el valenciano iniciaba su faena con un tanteo nada agradecido, pues Barrenero quería y pedía todo en la misma boca de riego de La Cubierta. Allí se lo llevó, pero no lo supo ver. La casta que traía el toro le hacía arrancarse como un titán, embistiendo de riñones y planeando con la cara sin querer salirse de la muleta. Cosa a la que no ayudó su matador, pues los derechazos se perdían en línea recta, muy a su aire, sin fajarse en ningún momento con el mejor parralejo del encierro. El toreo accesorio está bien, pero cuando un toro te mete la cara como lo hizo el 5º y sin hacerte un solo feo, lo último que debes hacer es llevártelo a Móstoles. Con el 2º, por su parte y pese a los impávidos estatuarios de apertura, tampoco logró hacer invisible el borrón de la tarde en la que el toreo de Ginés Marín homenajeó al llorado Pepe Moya, por el que se guardó un minuto de silencio tras el paseíllo.

 

  • Cubierta de Leganés. 2ª de feria. Media entrada permitida. Se lidiaron seis toros de El Parralejo, dispares de presentación, faltos de entrega en su mayoría, entre los que destacó un gran 5º de nombre Barrenero, fuertemente ovacionado en el arrastre.
  • Javier Cortés (grana y oro): ovación con saludos tras leve petición y ovación con saludos.
  • Román (gris plomo y oro): ovación con saludos y ovación con saludos tras aviso.
  • Ginés Marín (verde oliva y oro): dos orejas y oreja.
  • Se desmonteró Rafael Viotti, Lipi y Antonio Manuel Punta, tras parear al 3º, 5º y 6º respectivamente.

 

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