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La verdad de Ureña vuelve a prender Valencia
CRÓNICA FALLAS

La verdad de Ureña vuelve a prender Valencia

Darío Juárez | Valencia

Laten las Fallas en la calle. El AVE vaticinaba el jolgorio de instituto que siete chavales traían mientras se repartían una caja de petardos pasando Requena. Valencia comienza a ser sonora, internacional, coloreada por ninots, de serenidad impracticable. Dentro de la plaza de toros, Carlos Ilián aguardaba sentado en el palco de prensa el inicio de la cuarta del abono fallero, el día en que cumple cincuenta Fallas como crítico taurino -exceptuando el impasse del Covid-, desde aquella tarde del 73: "Bienvenida, Camino y Cavazos fue el cartel". Otras Fallas, otra Fiesta, otra crítica, otro toro. 

Exposición caprina de Juan Pedro salvada por un primer ejemplar bien hecho y sospechosamente manipulado de pitones, al que saludó Paco Ureña por verónicas de mano baja aprovechando la humillación que traía el de Lo Álvaro. Y ahí se quedó. Pues, tras chocarse contra el estribo en una segunda vistosa vara, el animal se dolió en banderillas y empezó a despedir los muletazos haciendo guiños a esas banderas que se negaban a claudicar su incesante ondear. Fue Ureña el que le echó arrestos para poderle llegándole mucho, cruzándose y echándole los vuelos donde caen las babas para provocar la arrancada de ese juanpedro que no había vuelto a humillar desde el recibo de capa. Fue Ureña el que se equivocó en el planteamiento por estatutarios cerrados en tablas, el que le robó lo que tenía y también el que lo pinchó. 

Pero también fue Ureña -uno de lo toreros con más cartel en esta plaza- el que con el 4° tris de Montalvo -sobreros de saldo y vergüenza- se desquitó la pena de la espada, firmando una faena técnicamente casi perfecta, pulcra y con una carga de entrega pluscuamperfecta. El astifino montalvo había tirado al pica previamente al quite de Téllez por tijerillas. Iba y venía, transmitía sin más. 

Rodilla en tierra quiso el lorquino sacárselo una cuarta más allá de la segunda raya para prologar la obra. En los comicios a diestras el toro quería, pero le faltaba pujanza. Tuvo que ser Paco, quien sin dejarlo pensar lo enrolara a su muleta para alcanzar la ligazón, antes de echársela a la zocata. Esa, la llamada "de los billetes", fue la que trajo desde Lorca esta tarde a Valencia la traca de pureza y toreo caro. Dos tandas de menos a más, enfrontilado, volcado sobre un embroque que se perdía inherentemente por el envés de la cadera. El toro había sacado su clase y Paco abrió el saco. Tres de ellos de escalofrío, borrachos, calmados, pervertidos de temple y verdad. Templados fueron esos naturales diestros de colofónde gusto, con el de Montalvo entregadísimo y a Paco llamándole a gritos la espada. Esa que ahora sí enterraría entera y que después lo pasaportó hacia el premio del orejón de ley que cortó, ante una fuerte petición de segundo trofeo que negó el presidente. Ureña jugaba en casa y, tras su alarde de verdad, volvía a reclinarse para besar el puñado de arena que de su mano iba soltando a medida que torero y aficionados entrelazaban recuerdos imborrables durante esa ovación cerrada que le estaba brindando la plaza. Dolorido marcharía hacia el callejón después de que un descerebrado le tirase una bota de vino a la cabeza desde un tendido de sol.

La otra oreja de la tarde, aunque de menos entidad, la cortaría Francisco de Manuel a la sardina mansita que hizo 6°, con el que se abrió por torerísimos doblones en los inicios de faena y prosiguió a diestras con dos tandas encajadas pasándose al toro por la faja. Lo que no hizo por el pitón izquierdo -por el que se llegó a poner dos veces-, despidiendo el viaje más hacia fuera. El borreguito de Juan Pedro tampoco decía lo mismo. Cerró de rodillas con el toro entregadito y entablerado, que ansiaba por escuchar los cascabeles de las mulas. Estocada delantera y oreja. La cabrita astifina sorteada en tercer lugar no sirvió: un marmolillo descastado imposible. 

Debutaba Ángel Téllez en Fallas como matador, después de hacerlo en la Feria de Julio del pasado año. Un bajonazo al justísimo de todo 2°, que acalambrado fue desarrollando su lidia con cierta potabilidad, le hizo perder la posibilidad de haber tocado pelo. Pues Téllez puso, propuso, pero no dispuso de un par que sin entrega pasaba por allí y al que no dejó pensar a partir de la segunda tanda para intentar ligar. Su izquierda presagiaba pulcritud en el natural a trazar y así le ofreció el medio faldón para hacer sonar la música tras la apertura de faena. Una más a pies juntos made in Téllez y los remates por bajo para echar la llave, antes de llevar la espada en ristre hacia los blandos. Fogonazos sueltos con esa izquierda y el final por manoletinas fue lo único con lo que pudo destacar con el descastado 5°, al que mató y con el que se autorregaló una vuelta al ruedo. 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de Valencia. 4ª de la Feria de Fallas. Algo más de media plaza en tarde templada y con rachas de viento. Se lidiaron 5 toros de Juan Pedro Domecq y 1 de Montalvo (4° tris), bochornosamente presentados para una plaza de 1ª, descastados, blandos en su conjunto. Destacó el sobrero, yendo a más. 

Paco Ureña, de rosa y oro. Pinchazo y media estocada atravesada (ovación con saludos). En el 4°, estocada entera (oreja con fuerte petición de la segunda). 

Ángel Téllez, de sangre de toro y oro. Bajonazo (ovación con saludos). En el 5°, estocada (vuelta al ruedo). 

Francisco de Manuel, de caldero y oro. Media estocada trasera y desprendida y cuatro pinchazos (silencio). En el sexto, estocada delantera (oreja con leve petición de la segunda). 

* Se desmontó Juan Navazos tras parear al 2°.

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