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Las Ventas o el Reina Sofía de Bernard
OPINIÓN | Con la firma de Darío Juárez

Las Ventas o el Reina Sofía de Bernard

Darío Juárez

Ahí la tiene, muerta de risa. Y de llanto. Mírenla, su Puerta –todavía– da a Alcalá. Aunque, no la cabe más lástima; no soporta más la pena de verse sola, desnuda y desnutrida de toros, toreros, público y afición. Plaza 1 la ha abandonado a su mala suerte, que no es otra cosa que estar en manos de Plaza 1 en tiempos del cólera. La Comunidad de Madrid, el cómplice que ha blanqueado el incumplimiento del pliego por una cuestión sanitaria o noy la que prosigue dando largas para el regreso de los toros a la Comunidad y principalmente a la Monumental. Pues ella, aletargada en la búsqueda de una razón que la haga entender su miseria colectiva o una apreciación que todavía no se haya cargado Twitter, se muestra resignada recibiendo turistas únicamente para el tour. Franceses muchos de ellos, claro, que es a lo que han venido a Madrid.

Allí les espera su compatriota, el productor Simón Casas –Bernard Domb, su nombre real–, apurando y apagando chustas en el cenicero del despacho, antes de que lo haga el último resquicio de crédito que le queda como empresario de la primera plaza del mundo; es decir, hoy por hoy, ninguno. Sencillamente, porque entre esas cuatro paredes ahumadas de tabaco y desidia, se lleva sin trabajar más de un año y medio, desde que el 12 de octubre de 2019 se celebrara la Corrida de la Hispanidad que tradicionalmente cierra la temporada venteña. El empresario francés llegó a afirmar en junio del pasado año que «sería mejor pasar un año en blanco en todos los sitios, que alterar el espectáculo de la tauromaquia». Si a Ayuso le crecen los gabachiers, éste se le coló a Cifuentes allá por 2016 cuando decidió emprender junto a Nautalia un viaje turístico por su Reina Sofía particular de Alcalá 237.

Tras el absorto trance que afectó y sigue afectando la actividad de numerosos sectores, el cultural fue de los primeros que quiso y supo sobreponerse a tal guantazo de realidad trabajando desde el minuto 1 en volver, en la medida de lo posible, a la normalidad. Y a la vista está la apertura de auditorios, cines, salas de conciertos y teatros con aforo reducido. Severa normalidad, sí; tarea complicada, también. Pero bajar los brazos y quejarse nunca fue una opción de la que sí ha hecho gala Plaza 1, a diferencia de otras empresas y grandes plazas como Sevilla. Hasta el punto de que te presenten un San Isidro en Vistalegre delante de tus narices; que el 9 de marzo de 2021 fuera el día elegido para comunicar a la CAM un elenco de escenarios distintos para el regreso de los toros después de año y medio sin actividad, o, que el propio mayoral de la plaza, Florito, les dejara con el culo al aire cuando en noviembre afirmaba en las líneas de El Mundo que nadie había hablado con él todavía -13 meses después del último festejo- para empezar a ver toros en el campo. Un guernicazo para no olvidar.

La charlatanería volvió a jugar un papel fundamental en la noche de este domingo en EsToros, cuando el bueno de Bernard y su tono, vehementemente victimista, enarbolaba su orgullo por contar la razón de su insomnio el pasado sábado en Almendralejo, donde se acostó a la 01:00 de la madrugada y se levantó tres horas más tarde «para hacer borradores de una Feria de Julio en Valencia, una Feria de Hogueras en Alicante o una Feria de Nimes en septiembre». De Madrid, ni mu. Balones fuera y el horizonte marcado a fuego de una "gran" Feria de Otoño, con la intención o no, ¿quién sabe qué?de poder dar dos corridas esporádicas de agosto en adelante, que fuesen la de la Cultura y Beneficencia. También soltó que, en todo este año, ANOET se ha reunido 100 veces. ¿Y bien? (...) Pues eso.

No seré yo quien se niegue a descubrirme ante Simón por las ideas, intenciones y las notables ferias de San Isidro y Otoño que ha programado en los últimos años, pero la realidad es totalmente diferente; la gestión de Madrid es una encrucijada espinosa que no termina en tener buenas intenciones creativas, sino también demostrar con altruismo y solvencia la voluntad real de ponerse a trabajar desde el minuto 1 en que te cierran la plaza por la pandemia.

Lo que parece claro es que recibir críticas por negarte a trabajar durante 18 meses para intentar volver a dar toros, duele menos que el jaque pastor de la Casa Matilla organizando en la plaza de Carabanchel un sucedáneo de la feria más importante del orbe taurino, del 13 al 23 de mayo. Un serial corto, atípico, totalmente extraordinario, muy de Matilla y su sota, caballo y rey, pero a la vez muy caro, repleto de carteles fuertes y dejando en evidencia las intenciones de la empresa de la primera plaza del mundo.

Con todo y con eso, creo firmemente que el 'productor' galo sigue guardando un as en la manga y otro bajo el tapete, además de que la Comunidad no se ha pronunciado de manera formal, más allá del continuo brindis al sol a través del silencio, dando constantes palos de ciego. Cuando lo que de verdad necesita Madrid es una empresa con capacidad suficiente para estar a la altura de sus necesidades, su demanda y, por encima de todo, de sus problemas. No la peor gestión en el peor momento, tal y como se está demostrando, por mera y pura falta de intenciones. Si te niegan dar la feria por razones sanitarias, ajo y agua para todos, pero de esa manera jamás se podría poner en entredicho la voluntad de la empresa por hacer su trabajo. Voluntad que Plaza 1 no ha tenido.

Hasta ahora, el Reina Sofía de Bernard sigue abierto para le tour des français y todo madrileño que desee visitarlo, claro. Los toros y la ruina todavía pueden esperar en el campo o en la cola del matadero. No hay prisa por toparse con la la miseria. Mientras tanto, mírenla, pues su Puerta –todavía– da a Alcalá.

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