Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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Luque borda el toreo entre palmas de bulería
Luque borda el toreo entre palmas de bulería
Luque borda el toreo entre palmas de bulería
Luque borda el toreo entre palmas de bulería
Luque borda el toreo entre palmas de bulería
Luque borda el toreo entre palmas de bulería
Luque borda el toreo entre palmas de bulería
Luque borda el toreo entre palmas de bulería
Luque borda el toreo entre palmas de bulería
Luque borda el toreo entre palmas de bulería
Luque borda el toreo entre palmas de bulería
Luque borda el toreo entre palmas de bulería
Luque borda el toreo entre palmas de bulería
Luque borda el toreo entre palmas de bulería
Luque borda el toreo entre palmas de bulería
Crónica El Puerto | 5ª de la temporada

Luque borda el toreo entre palmas de bulería

Darío Juárez

El fin de semana volvió a traer al gran público caminito de la Real Plaza. La presencia de Roca Rey y Morante en el sábado de feria desbordaba la taquilla hasta ver colgado el cartel de "no hay billetes", completado por un Luque que acabó con el cuadro bordando el toreo en el 5° entre un mar de palmas por bulerías. Corrida mansa, descastada y muy mal picada de Cuvillo, destacando únicamente ese ejemplar con el que el de Gerena volvió a hacer suya la Plaza Real una semana después de hacer lo propio la tarde de Garcigrande.

A hombros se llevaron a Daniel Luque por la Puerta Real abrazado por un enjambre de niños que salían a su encuentro como mosquitos por las troneras de todos y cada uno de los burladeros. La tarde cumbre del sevillano trajo la sabia eterna del bien torear que tanto necesitaba El Puerto en el día de hoy. Pues la corrida de El Grullo careció de todo lo indispensable para salir toreando de la plaza, pero ya estaba Luque y ese 5° para dar la vuelta aquello, después de no querer ni ponerse con el manso huidizo que hizo 2°.

Se decantó el sevillano por alternar verónicas y delantales a pies juntos para saludar a ese animal al que no le quisieron hacer sangrar desde la cabalgadura ni para un análisis, antes de coger la pañosa. Y con ella lo sobó con mesura por ambos pitones para iniciar esa obra que proseguiría con redondos a su altura. Una voz le invitó a bajar la mano y Luque respondió abriendo el compás enterrando las zapatillas en el albero portuense para empezar a ponerse a torear. Encajado, beodo de torería y con las notas de Concha Flamenca sonando como nana de quebranto empezó a partir en dos los corazones enamorados a partir de la conquista de ese cambio de mano eterno y el desprecio como antesala de lo que quedaba por venir. Como aquellos naturales volcándose sobre el toro para traérseelo toreado. Y una más versificando el toreo por si hubiera sabido a poco. Y la plaza boca abajo. La plasticidad, la armonía, los naturales con la derecha a pies juntos, las luquesinas y el clamor de El Puerto eran una auténtica letanía de sensaciones. Abrochó por trincherillas con mucho sabor antes de enterrar la espada y ver salir desde el palco al par de moqueros blancos amenizados por un estruendo convertido en palmas por bulerías. A Rescoldito, que es como se llamaba ese toro, se le acabaría dando una inentendible vuelta al ruedo.

"Como el colorao no le guste, ya hemos echao' la tarde". "A mí lo que me preocupa es que va bien vestío'". Graciosa cuanto menos el momento conversación tras el paseíllo de dos aficionados morantistas, previa a la salida del noblote 1°, con el que a Morante le cantaron lo habido y por haber, escupiendo siempre hacia fuera el trazo del muletazo y emborrachado de enganchones sin remedio. Como sin remedio es lo de sus seguidores a venda puesta y calzón quitao', que ya se salen al bar tras la muerte del 1° hasta que suene el clarín que anuncie al 4°. Ese, su segundo, otro animal manso y muy descastado al que se le dio una lidia propia de una capea, tampoco sirvió y el de La Puebla, como no podía ser de otra manera, abrevió. Con una media lagartijera a la altura de las vísceras, pero abrevió.

En los últimos días, las redes sociales mostraban a un Roca Rey casi adoptivo de El Puerto, paseando por sus playas, navegando por sus aguas y degustando manjares como el caprichito de reservar mesa un martes de feria en El Faro. Volcánico a la verónica el peruano con ese 3° que quiso tomar los vuelos del capote por abajo. Hubo dos por el derecho para echarse a dormir y soñar con los angelitos. Se le vio cogido hasta dos veces cuando le presentó el trasteo a izquierdas, pero el tsunami peruano no se amedrentó y acabó robándole dos tandas que terminaron por convencer a los parroquianos portuenses sumadas al arrimón final. Pinchó y la oreja se esfumó.

Sin humillar nada, deslucidísimo, mal picado y sin un atisbo de entrega resultaría la condición del toro escoba, con el que a Roca le intentaron cantar dos fandangos que se quedaron en eso: en intento. Pues la no aceptación de los tendidos ante tales voces inoportunas hizo que cesaran de inmediato.

 

  • Plaza Real de El Puerto de Santa María. 5ª de la temporada. Lleno de "No hay billetes". Se lidiaron seis toros de Núñez del Cuvillo, bien presentados de hechuras en general, pero sospechosamente arreglados de pitones. Mansos y descastados en su conjunto. Destacó la potabilidad del 5°.
  • Morante (malva y oro): ovación con saludos tras aviso y silencio.
  • Daniel Luque (verde billar y azabache): silencio y dos orejas. Salió a hombros por la Puerta Real.
  • Roca Rey (butano y azabache): ovación con saludos y silencio.
  • Se desmonteró Juan Contreras tras parear al 2º.
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