Qué importante lección nos da el refrán “donde fueres haz lo que vieres”, la afición vasca, silenciosa y comedida en lo bueno y lo malo tuvo que vivir la tarde de ayer entre berridos y alaridos impropios de esta plaza y de esta tierra. En la segunda de feria, con muchos de esos apasionados buscando sus ilusiones en otras latitudes, volvió el silencio analítico a Azpeitia.
En corrales una de Ana Romero, institución en esta plaza. Fina de cabos y pelo, limpios de pitones, sin la mínima duda. Tuvo mejores inicios que finales puesto que, aunque boyante de salida, tendió a pararse, protestar y agarrase al piso en el tercio de muerte. Sólo el quinto, cumplidor en el caballo, tuvo un comportamiento realmente bravo. Y sólo el tercero empujó de verdad en el peto. Satisfecha porque la casta nunca faltó, la parroquia ovacionó con fuerza a cinco de los seis toros del encierro gaditano.
Morenito de Aranda, que entró por la vía de la sustitución, demostró a carta cabal que su toreo no debió esperar a la lesión de Colombo para desembarcar en el ruedo azpeitiarra. Por encima de su lote, y en distinta medida de sus compañeros de cartel, perdió tres orejas por pinchar ambas faenas. Sorteó en primer lugar al toro de hechuras más simplonas aunque resultó a la postre uno de los de mayor colaboración, cómprenme el verbo colaborar. Tras echar las manos por delante en el capote, salvo en la bonita media genuflexa con la que lo dejó en los medios, repitió con son a media altura por el pitón derecho. Cada vez más corto el viaje, consiguió Jesús alargar las embestidas. Por el izquierdo, ni uno por probón y por no pasar de la cadera, abrevió el de Burgos. Con el sentido de la medida en su sitio, igualó al toro con torerísimos ayudados por alto antes de enterrar la espada tras pinchazo.
Ante el cuarto, otro ovacionado de salida, el único del sexteto que tomó, aunque a regañadientes, un segundo puyazo en el que manseó, dejó los mejores lances de capa de la tarde. Especialmente torera por abrochadísima la media por el izquierdo que hizo de corolario a una buena decena de verónicas. Ya con la franela, consiguió hacer embestir en redondo a otro toro tardo, remiso a embestir y que cuando lo hizo fue a su altura. La faena, un acto de fe de Morenito, fue lo suficientemente larga para que el santacoloma amagara con rajarse. De nuevo un pinchazo a destiempo antes de la estocada y de que el matador castellano paseara la única oreja de su importante tarde.
Damián Castaño, que estuvo aseado con el segundo de la tarde, otro toro de cortísimo viaje y cara suelta, al que jugó bien las inercias, toques y los cites con la voz, naufragó estrepitosamente ante el quinto. Protestado de salida por riñones discretos, “Marejada”, de finísimas hechuras y precioso pelaje, embistió con bravura y recorrido desde el inicio de faena, sin probaturas al natural. Felices se las prometía Damián que se vio superado por su oponente durante toda la faena. Sudando la gota gorda, jadeando ostensiblemente, bastante tuvo con escapar del toro de Ana Romero que se fue agriando conforme se supo ganador. Con la espada tremendo sainete, como en su primer toro. Desalentador debut del salmantino en Azpeitia.
A pesar de sortear el lote más complejo de largo, José Fernando Molina cayó de pie en su debut en el cárdeno ruedo guipuzcoano. De similares hechuras, sus dos cornúpetas tuvieron sendos pitones derechos de aviesas intenciones. Con ambos tragó paquete, pasó momentos de apuro a la mínima que quiso bajar la guardia y con ambos hizo gala de naturales de gran trazo. De uno en uno, buscando el pitón contrario, volando la muñeca, el buen uso de la espada en el sexto le permitió cortar una oreja de ley y, debiera, la repetición en 2026.
Ficha del festejo:
Plaza de toros de Azpeitia. 1 de agosto de 2025. Segunda de la Feria de San Ignacio. Tres cuartos de entrada. Toros de Ana Romero bien presentados y de hechuras fieles a su encaste. De juego variado, repetidores a media altura primero, segundo y cuarto, bravo el quinto y peligrosos tercero y sexto.
Morenito de Aranda: pinchazo y entera caída (vuelta tras petición) y pinchazo y entera en buen sitio (oreja).
Damián Castaño : dos pinchazos y descabello (silencio); pinchazo pescuecero, dos pinchazos, media suelta y tres golpes de descabello (leves pitos)
José Fernando Molina: pinchazo, media tendida y dos golpes de descabello (ovación con saludos); entera trasera y un golpe de descabello (oreja).