Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
Volver
Radicalismos desconcertantes
Radicalismos desconcertantes
Radicalismos desconcertantes
Radicalismos desconcertantes
Radicalismos desconcertantes
Radicalismos desconcertantes
Radicalismos desconcertantes
Radicalismos desconcertantes
Radicalismos desconcertantes
Radicalismos desconcertantes
Radicalismos desconcertantes
Radicalismos desconcertantes
Radicalismos desconcertantes
Radicalismos desconcertantes
Radicalismos desconcertantes
Radicalismos desconcertantes
Radicalismos desconcertantes
Radicalismos desconcertantes
Radicalismos desconcertantes
Radicalismos desconcertantes
Radicalismos desconcertantes
Crónica Plaza México. 12ª Temporada Grande

Radicalismos desconcertantes

José Aguilera

Si a México le hacen falta figuras del toreo, valores que lleven el peso de la fiesta en este país, sin lugar a dudas con radicalismos triunfalistas no se van a conseguir. Tal vez hay quien diga que ayer fueron poco o prácticamente nada protestados los trofeos concedidos a lo toreros; pero la peor manifestación reflejada, en estos tiempos, ya no es la que recriminan los escasos asistentes, sino la ausencia del público que se ha fastidiado de la burbuja rosa en la que algunos tienen a la tauromaquia. Existe una realidad: mientras existan esos radicalismos desconcertantes las plazas de toros se verán cada vez más vacías.

Ayer la empresa dio a conocer la segunda parte de la temporada y a esta última no le vendría a mal el refresco del palco de autoridad. Pagar por un espectáculo que no es barato, más aún tener que ser testigo de una pachanga comandada por los jueces de plaza, por supuesto que desmotiva a más de uno a asistir al coso más grande del mundo. La voluntad está en las autoridades capitalinas y hasta donde pueda la empresa.

El eje rector de la corrida estuvo a cargo de la ganadería Pozo Hondo, cumpliendo a cabalidad en el rango de la presencia y fue variado el desempeño que dieron sus astados en el ruedo. En cuanto a los toreros destacó Antonio Mendoza por tres cosas: su desmedido valor, el avance de la técnica en lo que corresponde a su buen concepto de la tauromaquia y el continuo talón de Aquiles que sigue siendo la ejecución de la suerte suprema. Ése también, en otro tenor, es un radicalismo desconcertante.

A Uriel Moreno El Zapata en su primer astado se le pudo ver algo asentado, en su segundo regresó a su estilo (otro radicalismo desconcertante) y mató al toro de una estocada sublime. Jerónimo regaló al recuerdo unos buenos naturales en su primero y en el último de su lote pasó desapercibido.

Uriel Moreno El Zapata abrió plaza con Señorito, astado que desde el primer tercio dejo ver que no estaba muy sobrado de fuerza. El coleta estuvo variado con el capote y banderillas. Tuvo instantes en el tercio final en el que se le vio voluntarioso y hasta cierto punto reposado. Mató de estocada entera y le concedieron excesiva oreja. Con Gitano fue rápido y efectivo en el tercio de banderillas. Su actuación rayó en la espectacularidad. El de Pozo Hondo terminó siendo tardo y distraído. El diestro tlaxcalteca mató de gran estocada que valía una oreja; usía en su mundo otorgó dos (sic).

Jerónimo recibió a Barba Azul con verónicas y media para el remate. El de Pozo Hondo recibió un raquítico puyazo. El matador intentó un quite por chicuelinas. Con la muleta no faltó su expresión de toreo agazapado. Los naturales destacaron por su sentida ejecución y transmisión. Pasaportó al burel de una estocada caída y le fue conferida, en un radicalismo desconcertante, una oreja. Con Porrista no se halló, aunque cabe hacer mención que el de Pozo Hondo poco colaboró.

Antonio Mendoza en el tercio de muleta lidió a Traguito por estatuarios por alto. Por el pitón derecho aprovechó el juego que dio el astado. Por el izquierdo brindó pocas opciones el burel. Al torero se le vio firme, sin dudas, con valor y aprovechando las circunstancias. No mató al primer intento y hasta el segundo dejó media estocada. Con Cantaclaro tuvo pocas opciones. El de Pozo Hondo regateaba las embestidas, era tardo en arrancar y exigía temple para no enganchar. El diestro llegó a exhibir sus pocas corridas toreadas, pero dejó en claro que son más las cualidades que tiene para hacer carrera dentro de esta profesión, solo que a los astados los tiene que matar y no dejar de trascender por no poder desarrollar de manera óptima tan elemental suerte. Al final la profesión es: matador de toros.

 

  • Ciudad de México. Plaza de Toros México. 12ª corrida de la Temporada Grande. Con mala entrada en los tendidos, se lidiaron seis toros de Pozo Hondo, bien presentados, en su mayoría faltos de fuerza y de juego variado.
  • Uriel Moreno El Zapata (caña y oro): oreja y dos orejas.
  • Jerónimo (tabaco y oro): oreja y un aviso.
  • Antonio Mendoza (azul marino y plata): vuelta y silencio.
  • Saludó al tercio el banderillero Christian Sánchez en el quinto de la tarde.

 

Sigueme en Twitter Sígueme en Twitter @Jose_AguiTal
Comparte y comenta esta noticia: