Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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Fotografia Taurina JVG
La raza, la casta y la bravura hacen acto de presencia en el XXXVII Campeonato de España de Roscaderos
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La raza, la casta y la bravura hacen acto de presencia en el XXXVII Campeonato de España de Roscaderos
Fiestas del pilar de Zaragoza

La raza, la casta y la bravura hacen acto de presencia en el XXXVII Campeonato de España de Roscaderos

Cristina P. Blasco | Zaragoza

Hay citas imperdibles en la temporada del festejo popular, citas macadas a fuego y en rojo en la agenda taurina, citas especiales y únicas y una de esas citas es el campeonato de España de Roscaderos, o lo que es lo mismo, el concurso de roscaderos del Pilar, que este año ha celebrado su trigésimo séptima edición. La noche en la que la Catedral del festejo popular se viste de gala colgando el no hay billetes, se genera magia y emoción, la noche del día 11 de octubre es una de las más bonitas del año. Zaragoza pone siempre el broche final a la temporada del cesto con un concurso que nadie se quiere perder, donde las mejores cuadrillas se enfrentan a grandes vacas.

Antes de contar cómo discurrió la noche, expliquemos en qué consiste el concurso de esta tradición tan arraigada en Aragón. El roscadero es un cesto de mimbre con forma de campana, en otra ocasión os contaré algo más sobre cesto y sus peculiaridades, digamos que detrás de cada roscadero se colocan cuatro roscaderistas y que cada cuadrilla la componen cinco miembros, puesto que cada una de ellas lleva a un citador, encargado de meter y sacar a la vaca del cesto y de los círculos centrales. Los círculos pintados en el ruedo son dos, el primero y más pequeño indica el perímetro del que no pueden salir las cuadrillas, de hacerlo es eliminada, y el segundo, el más grande, es el aro del que debe de salir la vaca para poder volver a contar una nueva entrada. La cuadrilla que en los tres minutos que dura cada actuación consiga meter más golpes de la vaca en el roscadero, habiendo salido del segundo círculo, es la que gana el concurso. Si una cuadrilla cae el suelo y, cómo mínimo, uno de sus miembros sigue agarrando el palo del roscadero, puede seguir concursando, de lo contrario es eliminada.

La velada comenzó con el tradicional desencajonamiento de los toros para el concurso de recortadores que se ha celebrado en esta mañana del Pilar. A continuación, se presentaron las diez cuadrillas y sus miembros, momento en el cual la cuadrilla de Ejea 2 quiso hacerle un emotivo homenaje a uno de sus miembros: Sergio Aguas. El cual acaba de ser operado del ligamento cruzado de la rodilla y del menisco a causa de un percance en el concurso de roscaderos de Alagón; merecido reconocimiento a uno de los grandes del roscadero, y del festejo popular, pues no hay variante que se le resista.

Así pues, saltaba la primera cuadrilla al centro de la plaza; “Los Cebollas” de Fuentes de Ebro esperaron la salida de “Gallega”, vaca nº 350 de los Hermanos Marcen. Una delicia de vaca, brava y repetidora, haciendo caso siempre al citador y a los estímulos, acudiendo pronta a los toques, vaca para ganar sin duda, y así la aprovecharon esta cuadrilla de la Ribera Baja del Ebro, que abrió el concurso con nada menos que 13 entradas, poniendo el listón muy alto.

La segunda en salir fue “Carbonera”, marcada con el 107 en el costillar para la cuadrilla de Utebo – Monzalbarba. La vaca ya en el primer golpe calamocheó, poniendo a volar al roscaderista del palo derecho. En uno de los golpes se lastimó de una pata trasera y acusó la lesión el resto de la actuación, a pesar de eso la cuadrilla la metió 9 veces al cesto. Entiendo que Zaragoza es la Catedral y que todo el mundo quiere ganar en el Pilar, pero continuar con una vaca lesionada no es que sea muy ético.

"Vagadosa”, nº 265 de Hermanos Marcen salió con todo, imponiendo su ley. La cuadrilla de Ejea 2, capitaneada por Toño Mateo, parecía que había conseguido pararla de inicio, pero la vaca dijo “aquí estoy yo”, metió riñones sin haber salido del cesto, y siguió empujando, cada vez a más, hasta que los desarmó. Los roscaderistas intentaron aferrarse al palo, pero no les dio opción. Vaca con mucha casta y muy brava.

Llegó el turno de “Víbora”, marcada con el nº 394 de Hermanos Marcen, una vaca codiciosa, derrochando casta y muy brava, a la que se enfrentaron la cuadrilla de “Los Furtivos”, de Fuentes de Ebro. Con David Erdociain en el centro del cesto, aguantaron muy bien el primer golpe que no fue nada fácil, la vaca se enceló con el roscadero, y a pesar de los grandes esfuerzos del citador, estuvo un minuto y treinta y nueve segundos sin salir del círculo central, pegando una vez tras otra en el mimbre. En uno de esos golpes la vaca también se lastimó, lo mismo que he dicho de la segunda cuadrilla lo aplicamos aquí, cuestionable seguir insistiendo con la vaca así. Al final 6 entradas válidas.

Una de las joyas de la corona hizo acto de presencia en la Catedral, “Morenita” la 88 de Marcen, “que me pare quién pueda” pensó al salir esta vaca. Asomó, y en menos de seis segundos se había apropiado del roscadero de la cuadrilla del Frente Colono, llevándoselo de sombrero y dejando a la cuadrilla por los suelos. Se hizo la reina del albero. Saltó la cuadrilla de Lécera, que no tuvo mejor suerte, “Avispada”, nº 110, también quiso su momento de gloria. Pegó con todo, muy hábilmente la cuadrilla giró el roscadero, la vaca parecía que se iba a salir, pero nada más lejos de la realidad, metió más a fondo la cabeza, metió los riñones y empujó con el alma hasta que los derribó. Iba con tanta fuerza que en el derribo la vaca cayó con ellos al suelo, los roscaderistas habían perdido ya los palos así que, nada más podían hacer. Qué casta se gastan estas marcenitas.

“Profesora”, nº 357, vino a enseñarnos lo que la suerte del roscadero en su mayor expresión. Bravura, repetición, casta, todo un desecho de virtudes a la que tuvieron que hacer frente la cuadrilla de Gallur. El primer golpe fue como si pasase por ahí, sin emplearse, en el segundo se vino arriba y los mandó al suelo, aguantaron como jabatos sin soltar el roscadero. Chus Zaldivar, el citador, trabajó muy bien a la vaca, los roscaderistas aguantaron embestidas de mucha fuerza y consiguieron, de esta forma, 10 entradas válidas. Muy buena y meritoria actuación de la cuadrilla capitaneada por Saul Frescané que, con esas entradas, se hizo con el segundo premio de la noche.

“Farnaca”, nº 12, y la cuadrilla de Villamayor nos trajeron la actuación de la noche. La vaca salió que parecía hasta fácil, y, aunque la vaca los desplazó unos cuantos metros en el primer golpe, la cuadrilla lo aguantó sin problemas. Volvió a entrar al roscadero dos veces más sin haber salido del círculo, golpes llevaderos, en esos momentos parecía fácil, vaca con repetición y que no tenía pinta de que fuera emplearse. Pero… Don Jesús Marcen cría vacas que van a más, que quieren más, y en el cuarto golpe -segundo válido- la vaca se vino arriba, primero calamocheó, dificultando la labor, después metió bien la cabeza, pero sobre todo metió los riñones con todo, la cuadrilla giró muy bien el roscadero, pero no pudieron evitar ir al suelo. Uno de los miembros, Oscar Garcés, se quedó en el suelo con el roscadero encima y agarrado como si le fuera la vida en ello a los palos, los pitones le pasaron cerquísima mientras la vaca embestía sin parar al cesto desarmado, pero él no soltó, aguantó como un titán ahí debajo hasta que el animal quiso hacer caso a la llamada del citador, la cuadrilla se reincorporó, volvieron a sus puestos y la plaza se vino abajo con la ovación. Terminaron con 6 entradas válidas, premio a la mejor actuación de la noche y la plaza puesta en pie. Emocionante.

“Polvorina”, nº 340, también impuso su ley. La cuadrilla de Montañana consiguió pararla en el primer golpe, y a pesar de que casi los sacó del círculo central sin derribarlos, tengo serias dudas de si los llegó a sacar del todo, volvieron al centro del ruedo. El citador se la llevó a tablas con muy buen hacer, pero la vaca era muy brava y en el segundo golpe derribó y desarmó a la cuadrilla, de paso se llevó el roscadero de regalo, dándole un buen meneo por la plaza.

Mala suerte tuvo la cuadrilla de “Virgen de la Oliva” de Ejea de los Caballeros, pararon muy bien de salida a “Liebre”, nº 57, pero la vaca, muy codiciosa, estuvo medio minuto pegando en esa entrada, sin salir del cesto, y se lastimó. La cuadrilla se retiró del ruedo y el jurado les concedió una entrada válida. Una pena terminar con este sabor de boca este grandioso concurso de roscaderos.

Enhorabuena a las cuadrillas y a los ganaderos. El público que abarrotó el coso de la Misericordia pudo disfrutar anoche de un buen concurso de Roscaderos, donde la casta, la raza y la bravura hicieron acto de presencia.

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