Por las escaleras del Metro de Ventas subía gente pegando lapas de naturales con la almohadilla en la zocata y el paraguas en la diestra, recordando la sevillana tremolina que formó ayer Emilio de Justo con lo de Victorino. La lona y los operarios del piso plaza retaban al cielo con la duda de que la lluvia pudiera desconfigurar el tapete del ruedo venteño que se preveía casi perfecto para el comienzo de una Feria de Otoño distinta en tiempo, contenido y forma a cualquier otra, pero igual de importante por tratarse de Madrid, claro está. 

 

Sin embargo, eso que llaman lona, resulta que son parches sobrepuestos en los que su único y limitado cometido es filtrar el agua y encharcar el piso cuando éstos se retiran de uno en uno. Tres festejos en casi dos años, Madrid en el alambre como plaza de temporada y una corrida aplazada al 8 de octubre, en el comienzo de una Feria de Otoño «histórica». Entre tanto, desde Sevilla llegaban las noticias del disfrute y deleite con el mano a mano entre Morante y Ortega del empresario de Las Ventas, Simón Casas, mientras en el regreso de los toros a la Monumental se debatían autoridades, delegados y cuadrillas por echar o no la tarde adelante, ajenos a una culpa que, a la vista está, el productor se ha querido quitar de en medio. Como la vergüenza, aunque de eso ya no le quede.

 

Hacia las 18:45 saltaban al ruedo entre una sonora y entendible por la demora división de opiniones, Diego Urdiales, Jose María Manzanares y Paco Ureña, con sus respectivas cuadrillas de a pie, para atestiguar la lógica sospecha de lo impracticable del piso plaza para poder torear, viendo cómo se hundían las manoletinas hasta los tobillos. Los dúmpers colmaban de arena de río las zonas más dañadas por el paso del agua, pero ni por esas era posible paliar aquella mousse de chocolate arenil de la que se lamentaba Madrid. Era evidente que en esas condiciones no se podía torear. 

 

Finalmente, la megafonía anunciaba la suspensión de la tarde de hoy y el aplazamiento del mismo cartel al día 8 de octubre, con los toros de Jandilla y Victoriano del Río. Después, la lluvia se volvió copiosa, pero está vez de almohadillas por el desencanto del personal después de haber estado esperando más de una hora sin una respuesta coherente y decidida. 

 

¡Se busca lona digna para Feria de Otoño «histórica»!