Con el salón de carteles de la Real Maestranza lleno, la Empresa Pagés presentó este lunes con Ramón Valencia padre e hijo a la cabeza, las combinaciones de un abono que va a dar que hablar y que también deja ciertas incógnitas a resolverse en los tiempos de desarrollo del mismo. El relumbrón es innegociable por estos lares y habiendo un puñado de ternas que pueden hacerte ver que se acabaría el papel, no tienen el peso tan indiscutible de años anteriores para mencionarlo con total seguridad. De ahí una pequeña bajada de nivel respecto al histórico 2023. ¿La sombra de El Juli es aún más larga de lo que parecía? Como ya hemos dicho, que la taquilla, por el bien del toreo, zanje mis dudas en forma de reventones y ambientes insuperables propios de esta plaza. Hay combinaciones extraordinarias para el aficionado. Entremos en análisis.
¿Cuánto subiría el nivel de interés de la temporada taurina si Roca Rey hubiera solucionado el entuerto con Daniel Luque? No gastemos tiempo en pormenorizar en un tema que ya ha descargado ríos de tinta en todos los portales, pero es evidente. Si ambas partes hubieran arreglado sus cosas, nadie puede negar que los dos ases de mayor capacidad de las últimas temporadas hubieran revalorizado el abono. Acercando la lupa entorno a las figuras, los dos puntos positivos vienen de la mano de estos protagonistas. El cóndor peruano ha tenido el gesto de acartelarse con los toros de Victorino Martín y el de Gerena va a codearse con «la crème de la crème» en cada cartel en el que figura salvo en la terna compuesta con los toros de La Quinta, la divisa fetiche de Luque y de la que, de momento, se han bajado del carro las figuras en plazas de primera. Véase Madrid también. Respecto a Andrés, destacar que no lo hace de cualquier manera: va a rivalizar en el albero maestrante con el mayor especialista de la A coronada de los últimos tiempos y con alguien que le ha cogido el punto muy rápido a lo cárdeno. Chapó. Dicho esto, ojalá tomara estas decisiones más a menudo. Un torero de esa capacidad siempre formará buen tándem con la casta.
Respecto a las tres tardes otorgadas a Sebastián Castella, José María Manzanares y Alejandro Talavante, hay una sola lógica para dos criterios distintos: había que mantener el peso del abono y es evidente que a través de estas tres figuras iba a ser. ¿Por qué dos criterios distintos? Porque si ponemos el foco de forma resultadista, aquí el único que merece un número así de tardes es el francés. A Manzanares comienza a acabársele -o debería- el amor tan grande que le tiene Sevilla. Los números y las actuaciones se vuelven en su contra. Respecto a Talavante... sensaciones. Falta de rotundidad en Sevilla y en la temporada. Más por lo segundo.
Siguiendo por el número de tardes, hablemos de Borja Jiménez. Probablemente sea el ejemplo perfecto de cómo acartelarse de forma extraordinaria tras una temporada explosiva. Y todo esto, dándole su merecidísimo reconocimiento a un Julián Guerra que ha sacudido todos los prejuicios que la afición le colocó con una gestión sensacional. Una mediana y dos muy fuertes. El Parralejo, Victorino Martín y Garcigrande en San Miguel. Perera y Paco Ureña en la primera, Escribano y Roca Rey en la segunda y Manzanares junto al ya nombrado cóndor en la última. Magnifique.
Con Juan Ortega ocurre el fenómeno de la espera... con excesos. Volvemos a lo más que mascado en este tiempo desde su irrupción y, por favor, dejemos de lado los detalles en sus comparecencias. Hay que responder. Tener este número de tardes en Sevilla no es moco de pavo y, viendo la competencia por su palo, pierde por goleada. Es evidente que llega en estado de gracia y que es un torero sumamente especial, de un aura distinta y diferencial que puede ponernos a todos locos en cuanto le salga su toro. ¡Ojalá sea esta temporada!
Fijándonos en Aguado, tendrá cuatro toros para volver a encandilar a una afición a la que tiene en la mano. Según fuentes muy cercanas al torero, la predisposición del sevillano era de tener tres tardes. Se llegó a concretar, pero por complicación propia en este tipo de negociaciones todo quedó en dos. Como asegura Ramón Valencia, las dos las ha elegido él.
Preocupante la colocación de un Emilio de Justo que pierde fuerza esta temporada en la Maestranza. Sus formas y su capacidad merecían más después de la feria pasada. Apuntar la petición de ver a Escribano con otras ganaderías, que bien merecido lo tiene. Sonríe la cantera sevillana al ver que se hace justicia con Ruiz Muñoz y Calerito mientras Lama de Góngora tendrá dos toros en la Maestranza. Debutarán David de Miranda y Leo Valadez. Fernando Adrián tuvo un sitio en la feria que declinaron ellos mismos.
Acabamos con las corridas de toros formulando una pregunta que parece no tener fecha de caducidad: ¿Cuándo se acabará el crédito de Cayetano y El Fandi? Sin duda, son dos toreros que aportaron mucho en su momento y que ahora, por motivos obvios que todos sabemos, restan posibilidades a toreros que bien podrían caber en estos carteles.
CATEGORÍA E INTERÉS EN LAS NOVILLADAS
La novillería es uno de los principales focos de atención de la temporada, y en Sevilla tenemos más motivos aún con unas combinaciones que desgranan alto interés y, algunas, mucha categoría como es el caso del jueves de Corpus.
Echando de menos cierta apertura de encastes entre las ganaderías, me ilusiona el debut de Julio de la Puerta, así como el de Chamaco. Dos divisas interesantes y que tendrán en sus carteles dos de los tres carteles que mis ojos ven como más rematados. El nivel es muy alto con Tristán Barroso, Samuel Navalón y Mariscal Ruiz en el día cinco de mayo, con Diego Bastos, Manuel Román y Javier Zulueta el treinta de mayo o con Nek Romero, Tomás Bastos y Martín Morilla el trece de junio. Sensibilidad por parte de la empresa al acartelar a Manuel Jesús Carrión tras ganar el certamen de 2023 así como con Villita, que hizo lo propio en 2018.
¿Y Marco Pérez? Ramón Valencia aseguró que hubo mucho parlamento con Juan Bautista pero que éste le propuso al empresario hacer algo “especial” con la consecuente negativa del gerente de Pagés.
