Por el piton derecho
Vicente Carrillo Cabecera
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Una procesión de inválidos frente a la Catedral de la Media
CRÓNICA MADRID | 16ª de la Feria de San Isidro

Una procesión de inválidos frente a la Catedral de la Media

Darío Juárez | Madrid

La emigración de Las Ventas a Vic Fezensac de muchos aficionados resultaba evidente. Al menos allí se lidian corridas completas y el toro...el toro no se toca. La decimosexta del abono isidril trajo una elefantiásica, inválida y descastada corrida de El Pilar, en la que Pablo Aguado cristalizó un monumento al toreo de capa, firmando tres verónicas y dos medias antológicas frente al 2°. Cadencia, temple, caricias y el feedback de Madrid dejándose las cuerdas vocales cuando el sevillano, en la misma boca de riego, abrochaba su capote en el envés de la crujiecaera derecha para cerrar el quite. No se puede torear más despacio. Sábado, 27 de mayo de 2023: día en el que Pablo Aguado levantó la Catedral de la Media Verónica en Madrid. 

Aquel inicio preñado de naturalidad sobre las rayas del 5 sacudió la vulgaridad de medio escalafón con el de la firma, el soberbio trincherazo y el cambio de mano. Y hasta aquí, dijo el toro, que pasaba dormido por delante de un Pablo pinturero, pero ciertamente aliviado en la media altura. Aunque, sin viento, a ese animal era para haberlo visto en los medios. 

El inválido, hondo y aborregado 5° pedía auxilio para mantenerse en pie. Sencillamente imposible, se hiciera lo que se hiciese con él. 

Parecía que estábamos realmente en un verdadero San Isidro y no lo que hemos visto hasta ahora, cuando rondando las 08:20 de la tarde salía el sobrero 3° tris de Conde de Mayalde. Un toro viejo y reservón que cogió y levantó hacia el cielo y sobre su pitón derecho a Francisco de Manuel por la zona inglinar, dejando una estampa en la retina verdaderamente funesta. Milagrosamente se libró de que el asta le calara, para acto seguido volver de una pieza a la cara de ese animal que exigía que se le hiciera todo para adelante, ya que siempre estaba con el matador, marcándole la cornada, cuando éste se quedaba al hilo. Grandiosa estocada, candidata a la mejor de la feria.

Como papeletas para el premio de su categoría lleva y muchas Juan Carlos Rey con el tercer par que le colocó al largo 6°, con las fauces de las puntas silbándole el gaznate. No tomó vuelo la faena con ese sosón al que De Manuel lo trasteó aseadamente por el derecho y no encontró el acople por el contrario, cuando el animal salía siempre haciendo hilo. Dos avisos y el tremendo susto cuando el descabello saltaba hacia el tendido, afortunadamente sin herir a nadie. 

Volvía Urdiales a Madrid después de su silencioso paso por Sevilla para hacer lo mismo en su primera de las dos comparecencias en el principal abono capitalino, exceptuando tres verónicas templadas que le despachó a la torre Picasso colorada que abrió plaza, en el quite replicado por Aguado por el mismo palo. Un enorme, huesudo y zancudo animal, que se movió en todos los tercios sin rebosarse y con el que Diego no quiso tirar la moneda al aire para apostar, simplificando el trasteo en ponerse bonito aunque aquello no tuviera sucesión de continuidad. Y el descastado y sosón 4°, tampoco sirvió, pero Urdiales necesita recuperar el sitio que un día adquirió y nunca regularizó. 

 

Ficha del festejo:

Monumental de Las Ventas. 16ª de la Feria de San Isidro. Lleno. Se lidiaron 5 toros de El Pilar y 1 de Conde de Mayalde (3° tris), enormes y desiguales en su conjunto; inválidos y descastados. 

Diego Urdiales, de corinto y oro. (Silencio en ambos) 

Pablo Aguado, de obispo y oro. (Ovación con saludos y silencio) 

Francisco de Manuel, grosella y oro. (Vuelta al ruedo tras petición y tras aviso y silencio tras dos avisos).

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