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'Victoriano del Río, un erudito hecho para el triunfo'
Foto: Plaza 1
Crónica 13ª de San Isidro

'Victoriano del Río, un erudito hecho para el triunfo'

Darío Juárez | Madrid

Van trece días de feria y se están acumulando toros de nota en cascada. Unos por bravos en los tres tercios, como aquel Brigadier de Pedraza y otros por su importancia o por un derroche excelso de calidad y ritmo envueltos en papel de regalo para el triunfo, como ese Amargado de Fuente Ymbro o los cinco que ha echado Victoriano del Río en lo que va de feria: Misterio, Frenoso, Encaminado, Bocinero y Alabardero. Pero es que, de cinco años para acá, han caído otros tres o cuatro preclaros. ¡Qué barbaridad de ganadería! ¡Qué regularidad!

El día que sospechosamente se picó medianamente bien a una corrida (¡hip hip hurra!) que cumplió en los petos, el alcoholímetro ambiental volvía a hacerse patente otro viernes más de feria en los tendidos abarrotados de la Monumental. Llegaba Roca Rey a Madrid después del controvertido último Otoño, con la taquilla agotada y la expectación por las nubes, para terminar yéndose de la plaza dejando un rastro de frialdad. Si entre banderazos y acelerones a la retranca dibujó una sórdida faena al 2º con el que no pudo, con el inválido 5º se empeñó en clasificar posturitas frente a ese animalito que quería pero se iba al suelo constantemente. Brindó a la presidenta de la Comunidad, la que dejará a Madrid sin temporada por no aprovechar los últimos inviernos para las famosas obras de remodelación de Las Ventas. Todo sea por la discoteca en el invernadero.

Fue a parar a Emilio de Justo la única oreja de la tarde, después de una faena vociferante e intermitente, de menos a más del extremeño, frente a un gran toro 4º al que fue pulseando y sobando en el sol, luciendo su vibrante embestida que deslucía con algún enganchón. Hasta las dos últimas tandas por la izquierda no explotó la faena como.debería haberlo hecho desde el inicio con ese toro. Firmó dos de pecho templados de museo. Una faena de oreja, como así llegó después de matarlo por arriba, a un toro de dos. El Emilio de Justo después de la fatídica lesión cervical no ha vuelto a ser el mismo. Por eso tampoco pudo con el encastado 1º, al que le dudó en demasía pese a la perniciosa presencia de Eolo.

Segundo año consecutivo que Tomás Rufo se carga un toro de triunfo en Madrid por iniciar de hinojos el trasteo de muleta, como ocurrió con el Talgo 3º. Que a esa velocidad se le vino hasta que se lesionó la mano izquierda en el segundo muletazo del toledano. Todo lo demás, pese a querer lucirlo de largo, estuvo de más. El toro ya estaba inválido para la lidia. Sin embargo, Alabardero tenía que salir para cerrar con honores una tarde memorable de esta casa ganadera de Guadalix de la Sierra y encontrarse con la ligazón continuada de Tomás, tejiendo tandas vulgares dejándosela puesta para que repitiera en la noria de su muleta con esa clase inmaculada, rítmica, melódica, siempre a más. El mayor ajuste llegó al natural, por momentos templado, en una faena medida de otro gran toro de orejas que no paró de embestir, las cuales terminaron todas en el desolladero a excepción de la que le cortó Emilio al 4º. En ambos toros del toledano, hoy sí y con dos pares de poder a poder, Madrid puesta en pie obligó a destocarse a Fernando Sánchez.

Ficha del festejo:

Monumental de Las Ventas. 13ª de la Feria de San Isidro. Lleno de no hay billetes. Se lidiaron 6 toros de Victoriano del Río; correctamente presentados casi todos; encastados y con clase en su mayoría.

Emilio de Justo, de nazareno y oro: silencio tras aviso y oreja.

Roca Rey, de lima y oro: silencio tras silencio tras aviso.

Tomás Rufo, de Esperanza y oro: silencio tras aviso y vuelta al ruedo.

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