No es sencillo hacer una crónica, hay ocasiones que es difícil porque no hay nada que escribir, nada que decir; otras que no puedes dejarte llevar por las emociones. De lo que se trata es de ser objetivo e imparcial. Así como lo he criticado (siempre desde el respeto) porque sé de sus cualidades, hoy quiero iniciar con un agradecimiento...¡Gracias, Fermín!
Gracias porque cuidaste cada detalle y volviste a dar categoría a una plaza que estaba perdida. Ayer dignificaste a tu dinastía, y lo hiciste siendo tú, con tu tauromaquia ortodoxa, con ese toreo de poder, haciendo el toreo serio para paladares exigentes. La entrada no fue más allá de media plaza, pero ayer estuvo el aficionado, no fueron los del clavel a lucirse, tampoco fueron los del pre copeo. Bueno, hasta los vendedores se comportaron a la altura. La banda fue un deleite para los oídos. El comportamiento fue de plaza de primera categoría. Y regresaron aficionados que ya no se veían, y otros como antaño que hicieron el viaje desde distintas ciudades como el gran Sergio que viajo 10 horas en autobús desde Monterrey.
O el gran Mariano Infante que viajo desde Zacatecas con sus amigos, y mire usted que eso hoy día en este país da más miedo hacer un viaje por carretera que tenerse que ver delante de un Miura. 8:06 pm y se abrió la puerta de cuadrillas, apareció Fermín impecablemente vestido de perla y oro con cabos negros. En el caminar y en su rostro serio como de costumbre, se veía concentrado y al final de la corrida quedó claro que se preparó en todos los aspectos que se requerían para tal compromiso. Ovación total al recibir diversos reconocimientos. 20 años de alternativa, 60 años de la ganadería que hoy maneja y que fundó su abuelo, y 130 años de historia de la plaza "El Paseo Fermín Rivera". Vaya tamaño de compromiso.
Se anunció la salida del primero. "Vocación" marcado con el número 170, y 504 kilos de peso. Un toro pasado de kilos, que al final le terminaron pesando. Puyazo breve. Nervios normales por momentos del torero. Poco pudo hacer, lo mejor fue el inicio, doblándose con el toro. Dos pinchazos y entera a toro parado. Palmas. Con su segundo que llevó por nombre "Pasión" número 151 y 467 kilos, comenzó Fermín a tirar de un toro con mayor movilidad pero que dejo ver poca bravura. Faena con altibajos con detalles sueltos. Con la muleta lo entendió perfectamente, un paso adelante después de cada muletazo para provocar la embestida. Un par de derechazos largos, y por el izquierdo un natural con sabor. Nuevamente se tiro a matar con desconfianza, dos pinchazos y entera trasera y desprendida. Dos golpes de descabello para escuchar un aviso y retirarse en silencio. "Afición" con 470 kilos y herrado con el número 148 fue su tercero. Inició Fermín por verónicas y la media. En el caballo el toro empujó pero fue todo. El inicio fue por alto, tratando Fermín de ayudar un poco al toro, pero de poco sirvió. Atinadamente, fue por la espada, media trasera, un golpe de descabello para escuchar leves palmas.
Parecía que el tenor de la corrida sería el mismo, pero saltó al ruedo "Legado" cuarto de la noche, número 185, con 475 kilos. Toro serio por delante, con mirada de esas que intimidan a los toreros. Desde su salida mostró que pediría el carnet. Fermín toma el capote, el toro se vence y le dice a Fermín, vamos aquí te quiero ver...y Fermín lo brega correctamente por ambos pitones, comenzaban el toma y daca. "Legado" se escupe del caballo al sentir la puya, Lo vuelven a poner en suerte y ahora sí entra, breve pero con la cara abajo, leve, pero puyazo en el sitio. Le vino bien al toro es entrada ya que en banderillas apretó. Y comenzó la cátedra de Fermín llevando al toro de las tablas a los medios con muletazos por bajo, ahí donde se debe luchar (valga la expresión), en los medios, sin ventajas. La primera tanda fue corta pero bien estudiada por el matador que logró descubrir la distancia y la altura que se necesitaría. Ahora era el momento de hacer sentir esa muleta poderosa. Y surgió el primer gran derechazo, largo, de aquí hasta allá. Se escuchó y retumbó el primer OLÉ! No se escuchó ese "bieeen" que es tan molesto y atitaurino. Y vino la tercera tanda con un toro que sabía lo que dejaba atrás, su mirada intimidante no perturbó a Fermín que le robó otro enorme derechazo. Tandas cortas pero profundas. En siguiente tanda el torero comienza a saborear su obra. Y comienza Fermín a torear para Fermín. A sentirse poderoso, a sentirse TORERO. Eso que sucede cuando llega la madurez plena que dan los años y el oficio bien aprendido. Dos derechazos más y el de pecho rodilla en tierra, y volvió a rugir "El Paseo, Fermín Rivera"
Ahí fue Fermín con todo, y se cambió la muleta a la mano a la izquierda, a la mano de cobrar. Y pegó un natural hondo, profundo que ligaba con el de pecho a pies juntos...OLÉ!! Y llegaría el colofón, la firma de la obra, nadie estaba distraído, la gran afición que asistió anoche, no parpadeaba, su cuadrilla se deleitaba, éramos todos en ese momento "Riveristas". Cuatro derechazos que ahí quedarán para el recuerdo, y 2 manoletinas perfectas. Se fue por la espada, el silencio fue sepulcral, pinchazo en todo lo alto, una pena.
En el segundo intento, media que fue suficiente. Una oreja que nadie protesto. Es quizás si no la mejor, una de sus mejores faenas. Y surgen las preguntas: ¿Qué hubiera sido de Fermín con faenas como esta? ¿Qué le faltó para ser esa figura que tantos necesitamos? ¿Cuándo Madrid? Cada uno de ustedes tendrá su propia respuesta. El quinto llevó por nombre "Arte efímero" número 174 y 512 kilos. Con el capote fue variado, con una rodilla en tierra, después chicuelinas ajustadas y la revolera. Nuevamente un breve puyazo pero bien puesto. Dio la oportunidad Fermín al sobresaliente, al matador Antonio Mendoza de hacer un quite que resultó vistoso. Y como debe ser, Antonio agradeció de mano al matador su gesto. Ya con la muleta, molinete para nuevamente hacer la faena en los medios. Insistió el torero, pero el toro pronto comenzó a salir con la cara arriba; sin embargo Fermín insistió y dejó buenos detalles técnicos como su colocación sin nunca aliviarse. Entera trasera y tendida que hizo que tardara el toro en doblar. Una oreja por petición mayoritaria. El cierra plaza, "Ilusión" con 482 kilos, número 146 fue recibido con un farol de rodillas, hizo extraños en el capote del matador. Muy buen puyazo, el mejor de la noche para que el picador se retirara entre aplausos. Muleta en mano, nuevamente el toreo serio y ortodoxa de Fermín. A "Ilusión" también le pudo aún cuando protestaba y pasaba a regañadientas. Media y un golpe de descabello para escuchar palmas. Hay que destacar que Fermín durante todo el festejo nunca traicionó su tauromaquia, su toreo serio, sin chulerías.
Sus faenas fueron en el centro del ruedo, donde pesan los toros. No hizo el toreo de prisa, ni a las carreras, esas son para los malos toreros y que hoy abundan por doquier. No imitó a su abuelo, o a su tío, a su dinastía la respetó siendo él mismo. Vaya, nunca se ha colgado de su apellido como otros que ustedes conocen. Aplausos a todos los aficionados que asistieron ayer. Aficionados respetuosos durante toda la corrida, silencio total... sepulcral a la hora de ejercer la máxima del rito, la hora de la muerte del toro. Aplausos para ese OLÉ seco y profundo, pañuelos para pedir la orejas, no con chiflidos o gritos fuera de lugar. Mención especial a toda la cuadrilla actuante. Serios, en lo suyo tanto los picadores (Los Reyna, Los Prado, Los Morales) como los banderilleros (Alejandro y Jonathan Prado, Victor Mora, Angelino, Jesús Martínez y Héctor García)y hasta el puntillero (Fernando Ríos). Antonio Mendoza que actuó como sobresaliente, siempre atento y bien colocado. En fin, a todo el equipo de Fermín (apoderado, mozo de espadas, ayuda) una enhorabuena. Hubo un toro de regalo al que le cortó dos orejas. Y fiel a la costumbre del que escribe, no entra en mi crónica.
Ahora vamos Fermín como ganadero. En presentación la corrida cumplió, dos toros con kilos de más que les pesó al final. En bravura, solo uno que por su debilidad no terminó de romper. El cuarto que fue encastado. En resumen, mucho trabajo por hacer en la "Alianza de San Fermín" pero para los pocos años (que son muchos en número) como ganadero va por buen camino siempre y cuando busque casta y bravura.